Cuba: “No dejen morir el congreso”
Por Orestes Martí
Dice la visión enciclopédica que “Opinión es el juicio o criterio que se forma sobre algo cuestionable o el concepto que se tiene respecto a algo o alguien”….
A nosotros nos gusta leer las opiniones que se vierten sobre documentos que contienen ideas y visiones, aunque sean diametralmente opuestas a las nuestras, siempre que estas hayan sido emitidas de forma ética y con espíritu constructivo.
Continuamos leyendo la Enciclopedia …”Define el grado personal de verdad, impresión o certeza que una persona o grupo de personas se ha formado sobre algo, especialmente en casos cuestionables. Se refiere también a la perspectiva o punto de vista que alguien tiene sobre un tema, situación o asunto. La opinión puede ser también la fama o reputación que precede a alguien o a algo y se asocia con la consideración, crédito, nombre, prestigio o renombre que le define.”……
Por su parte, la interpretación “es el hecho de que un contenido material, ya dado e independiente del intérprete, sea “comprendido” o “traducido” a una nueva forma de expresión. Dicho concepto está muy relacionado con la hermenéutica. Cognitivamente la operación de interpretación es el opuesto a la operación de representación. Representar consiste en retratar una realidad material mediante símbolos de diferente naturaleza, mientras que interpretar consiste en reconstruir la realidad material a la que se refiere una representación de la realidad.”
Como nosotros tenemos por norma tratar de no ponernos en el plano “interpretación”, siempre que nos es posible publicamos los documentos íntegros de aquellos que exponen sus ideas…. y es lo que vamos a hacer con el impactante discurso del Presidente de Cuba Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el recién finalizado IX Congreso de la UNEAC, aunque …. por cierto… algunas personas han coincido en quedarse con lo que se supone quiere decir lo que se expresa en nuestro título (bueno, en fin ¿”interpretamos” o no?)
En cualquier caso, si yo fuera la UNEAC, en lugar de tener -hoy día 2 de julio a las 10:30 de la mañana -GMT- en nuestro sitio web “La Cultura a debate: Hoy comienza el Congreso de la UNEAC”, tendría el contundente discurso del Presidente de la República.
Discurso pronunciado por Miguel M. Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la clausura del IX Congreso de la Uneac, en el Palacio de Convenciones, el 30 de junio de 2019, “Año 61 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas — Consejo de Estado)
Queridos escritores, artistas, creadores;
Compañeras y compañeros de la Presidencia;
Ministros y viceministros presentes:
Ante todo, reciban el cálido saludo del General de Ejército, del cual soy portador.
Ha concluido su IX Congreso. No digo estos días de análisis y debate en el Palacio de Convenciones, sino los largos meses de intercambios y aportes desde las bases. ¡Cuánta inteligencia y talento, cuánto se aprende de ustedes!
Es un proceso que hemos seguido de cerca en frecuentes encuentros con la Comisión Organizadora, tratando de aproximar, en lo posible, soluciones a las insatisfacciones más generalizadas, y confirmando, una vez más, el valor de ir a lo profundo del extraordinario caudal creativo del pueblo cubano. Allí siempre nos espera la verdad.
Permítanme sentirme uno más de ustedes: en la insatisfacción y también en el compromiso, soy un apasionado del arte y de la cultura en sus más diversas expresiones, sea de Cuba o universal.
Los temas que aquí se han tratado suelen ser pan de cada día en nuestra familia y entre amigos. Por las profesiones de mis tres hijos y de mi esposa, la cultura está de manera casi permanente en nuestras vidas. Por imperiosa necesidad del espíritu, no sabríamos vivir sin acceso a las artes.
La emoción más profunda, junto con la gloria patria, nos la provoca constantemente el contacto con la creación artística. Personalmente no puedo separar el sentido de plenitud, incluso de felicidad, de un disfrute estético determinado. Y si es cultura cubana, el goce se multiplica.
Lo que quiero decirles es que durante estos meses, estos días, estas horas, más de una vez nos hemos sentido entre ustedes, compartiendo lo que expresan y comprometidos con lo que hacen.
Y por lo que dicen y lo que hacen, sé que muchos de ustedes, alguna vez, pueden haberse sentido en nuestro lugar, desafiados a dar continuidad a un proceso histórico único, de un impacto y alcance universal y de un liderazgo solo comparable a la grandeza de la Revolución misma, hecho cultural superior que transformó desde la raíz a una nación pequeña y atrasada en una indiscutible potencia mundial, no por sus recursos materiales, sino por sus recursos humanos y sentimentales.
Nosotros cuando miramos al mundo y repasamos la historia podemos decir: ¡Qué milagro de país, en qué gran pueblo nos hemos convertido! Es lo que nos ocurre cuando asistimos a una función de ballet o danza, a conciertos de música, lo mismo en un gran teatro que en uno de nuestros barrios; a obras teatrales, a estrenos de cine, a ferias del libro, de artesanías, a galerías, a descargas de rumba o a escuelas de arte.
Un país bloqueado durante seis décadas, perseguido con saña y alevosía hasta en la gestión de medicamentos infantiles, acribillado mediáticamente por los medios más influyentes del planeta, no se ha conformado con resistir y sobrevivir. Como ya dije una vez:
“Somos una Revolución que puede presumir de haber sido contada y cantada, desde sus orígenes, con el talento y la originalidad de sus artistas y creadores, intérpretes genuinos de la sabia popular y también de las insatisfacciones y esperanzas del alma cubana.
“Y así seguirá siendo. Intelectuales, artistas, periodistas, creadores, nos acompañarán siempre en el empeño de que este archipiélago que la Revolución puso en el mapa político del mundo siga siendo reconocido también por su singular modo de pelear cantando, bailando, riendo y venciendo”.
Quizás aún no hemos aprendido, y en algunos casos hemos desaprendido, a contar esa maravilla, pero nadie puede ya quitarnos el orgullo de ser una nación para respetar, gracias a una Revolución que siempre ha puesto al ser humano en el centro.
Es algo que nuestra generación les debe a los fundadores en primer lugar, desde Céspedes a Martí. A los creadores que continuaron sus luchas y fundamentalmente a Fidel, el indiscutible intelectual y guía de la generación histórica que, junto con la entrega de la tierra y las fábricas a los que la trabajaban, alfabetizó al pueblo, universalizó la enseñanza, creó poderosas instituciones culturales y en los momentos más difíciles nos enseñó que “la cultura es lo primero que hay que salvar”.
¿Por qué insistía Fidel en esa idea, que repitió tantas veces? Ustedes lo saben seguramente, pero no está de más recordarlo. Porque “no hay proa que taje una nube de ideas”, diría Martí.
Y Fidel supo advertir el riesgo de perder nuestra mayor fortaleza: la unidad, la identidad, la cultura, con la avalancha colonizadora que avanzaba en los tiempos de la globalización, con el acceso masivo a las nuevas tecnologías, promovido por los mercaderes modernos, no para enriquecer sino para empobrecer la capacidad crítica y el pensamiento liberador.
Consciente de que esas tecnologías de acelerado desarrollo serían una poderosa arma de educación y multiplicación del conocimiento a la que la Revolución no podía renunciar ni acceder tardíamente, Fidel creó la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y paralelamente alertó a la sociedad cubana sobre la importancia de salvar la cultura.
Así como antes, en aquellas reuniones de la Biblioteca Nacional que dieron lugar a sus Palabras a los intelectuales y muy poco tiempo después a la creación de la Uneac, Fidel acudía a la vanguardia intelectual y artística para enfrentar desafíos que solo podía advertir un iluminado, como Barnet lo definió alguna vez.
Si hace 60 años fue vencido el intento de fracturar la unión visceral entre aquella vanguardia y su Revolución, es decir, ella misma y su pueblo, más tarde y muchas veces a lo largo de los años el adversario se empeñaría inútilmente en ello. En el cruce de siglos, la batalla alcanzaría cotas mayores golpeando a las fuerzas progresistas en la región y en el mundo.
Movimientos como la Red en Defensa de la Humanidad y proyectos culturales que florecieron por todo el país demostraron la extraordinaria fuerza de la vanguardia para alimentar y sostener la espiritualidad de la nación.
De la Uneac fundada por Nicolás Guillén y otras cubanas y cubanos universales emergió un compromiso para siempre con el destino de la cultura nacional, que se ha afirmado en estos días. Y es tremendo ver la continuidad de esa obra en una organización dirigida hasta hoy por uno de los más jóvenes delegados a aquella cita de hace 58 años: el poeta, ensayista, etnólogo, intelectual, en suma, Miguel Barnet.
Aquí se ha hablado varias veces de las Palabras a los intelectuales. No concibo a un artista, a un intelectual, a un creador cubano que no conozca aquel discurso que marcó la política cultural en Revolución. No me imagino a ningún dirigente político, a ningún funcionario o dirigente de la Cultura, que prescinda de sus definiciones de principio para llevar adelante sus responsabilidades.
Pero siempre me ha preocupado que de aquellas palabras se extraigan un par de frases y se enarbolen como consigna. Nuestro deber es leerlo conscientes de que, siendo un documento para todos los tiempos, por los principios que establece para la política cultural, también exige una interpretación contextualizada.
Claramente Fidel planteó un punto de partida: la relación entre Revolución, la vanguardia intelectual y artística y el pueblo. Entonces, todos no tenían tan claro como Fidel lo que los artistas e intelectuales irían comprendiendo en el desarrollo de su obra: que la Revolución eran ellos, eran sus obras y era el pueblo.
Por eso resulta reduccionista limitarse a citar su frase fundamental: “Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada”, soslayando que Revolución es más que Estado, más que Partido, más que Gobierno, porque Revolución somos todos los que la hacemos posible en vida y en obra.
Y también sería contradictorio con la originalidad y fuerza de ese texto, pretender que norme de forma única e inamovible la política cultural de la Revolución. Eso sería cortarle las alas a su vuelo fundador y a su espíritu de convocatoria.
Hoy tenemos el deber de traer sus conceptos a nuestros días y defender su indiscutible vigencia, evaluando el momento que vivimos, los nuevos escenarios, las plataformas neocolonizadoras y banalizadoras que tratan de imponernos y las necesidades, pero también las posibilidades que con los años y los avances tecnológicos se han abierto.
Hay que hacer lecturas nuevas y enriquecedoras de aquellas palabras. Hacer crecer y fortalecer la política cultural, que no se ha escrito más allá de Palabras… y darle el contenido que los tiempos actuales nos están exigiendo.
Ustedes han hecho bastante. Como hemos apreciado, han trabajado y avanzado mejor allí donde más coordinados han actuado con otras fuerzas intelectuales, como las que crean desde las universidades y otros centros de investigación de las ciencias sociales y humanísticas.
Evidentemente, hay más y mejores resultados donde la creación se apoya en nuevos soportes tecnológicos que facilitan el trabajo.
Hace unos días, compartiendo con la Comisión Organizadora, les comentaba sobre uno de los temas que más discusiones genera siempre en los eventos de la Uneac: la relación con el turismo. Y otro tema más actual que es la política cultural en los espacios de la economía estatal y los privados.
Hoy quiero reiterar que tenemos, desde la administración, el deber de ser coherentes. No hay una política cultural para el sector estatal y otra para el privado. En ambos sectores tiene que promoverse, defenderse, dárseles espacio a quienes hacen arte verdadero.
Y en el caso específico del turismo, yo he insistido en que la cultura es un eslabón fundamental en los encadenamientos productivos que nos interesa promover. Pero defiendo, sobre todo, que el turismo no solo lleve a los artistas a sus instalaciones, sino que propiciemos una muy intensa actividad cultural en todas nuestras ciudades y zonas turísticas que, a la vez que enriquezca la vida cultural del pueblo, atraiga y conquiste al visitante. Hay que ser auténticos y dejar de vender “shows enlatados”, productos de seudocultura que responden más a la rentabilidad que al orgullo de mostrar quiénes somos realmente.
Cuba es una potencia cultural y hoy el turismo, siendo como es una actividad económica que aporta cotidianamente al Presupuesto, la verdad es que todavía tributa mucho menos de lo que podría si los turistas salieran a consumir bienes y servicios, no solo culturales, pero sobre todo culturales (Aplausos).
A propósito, el sistema de escuelas de arte tiene una fuente de ingresos por exportación de servicios, insuficientemente explotada, en la generación de cursos en áreas de la enseñanza artística, en las que somos realmente fuertes y donde debemos establecer modalidades y precios coherentes con el nivel de la academia cubana.
En esa misma línea de pensamiento, a la Uneac le corresponde ser una especie de electrodo movilizador de fuerzas y acciones para la proyección internacional de nuestras industrias culturales. No olvidar que cuando todas las puertas se cerraron para Cuba por su osada pretensión de soberanía y libertad, hasta en el imperio se abrieron al menos ventanitas por donde entraron la música, las artes plásticas, el ballet, la danza, el teatro y otras manifestaciones culturales.
Los puentes que ha levantado la cultura cubana, apoyada por fieles amigos, en tantos años de ninguna o escasas relaciones entre Cuba y Estados Unidos, nos han permitido sostener vivo un intercambio entre nuestros pueblos de tanta fuerza que la actual administración estadounidense se ha propuesto clausurarlo definitivamente.
Pero también hacia Europa, Asia, África, los intelectuales y artistas han fungido como embajadas culturales, han abierto puertas y favorecido entendimientos que podrían ser más difíciles y hasta imposibles sin ellos.
Hay mucho, mucho que trabajar en ese sentido. Y ustedes tienen el talento, la fuerza y el conocimiento para hacerlo crecer, aportando al país recursos imprescindibles para su desarrollo.
Comparto igualmente las preocupaciones de quienes sienten que algunas instituciones de la Cultura se han quedado por detrás de los creadores. Resulta inaceptable que no se comprenda que todas las instituciones culturales existen por y para los creadores y su obra (Exclamaciones y aplausos), no a la inversa, y que el burocratismo y la falta de profesionalidad ahogan la creación.
En la pelea contra esos molinos de viento, tan antiguos como dañinos, vemos un papel fundamental de la Uneac. Es preciso hacer más proactiva a la organización en sus bases: indagar qué misiones cumple cada una en función de aquellos a quienes representan y qué ámbitos de discusiones lideran. ¿Desde cuáles posiciones? ¿Con qué liderazgos?
Igualmente veo a la Uneac batallando por rescatar y elevar el peso y el papel de la crítica cultural. La sequía de análisis serios y bien fundamentados sobre los valores reales de obras y espacios culturales desestimulan a los creadores y privan a los públicos, particularmente a los más jóvenes, de criterios orientadores que establezcan las jerarquías artísticas a tiempo.
Es un hecho incontestable que los creadores cubanos residentes en el país tienen obras capaces de emular con lo mejor creado por sus contemporáneos que trabajan y viven en naciones del Primer Mundo, bajo condiciones materiales e incentivos muy superiores a veces, lo que les ha valido acceder a mercados exigentes.
¿Por qué desde Cuba no logramos insertar, difundir, exportar la obra de los que trabajan dentro del país y en cambio promocionamos y replicamos lo que ya el mercado acuñó y nos devuelve envuelto en sus reglas? (Exclamaciones y aplausos prolongados.) ¿Qué necesitan nuestras instituciones para hacer florecer nuestras más auténticas creaciones culturales?
Se escucha mucho la queja — sobre la cual es importante que actúen las organizaciones de artistas — de que el sistema empresarial o las llamadas industrias culturales, con relación a la creación artística, en cuanto a su producción, promoción y comercialización, se han quedado atrás.
La cultura puede y debe aportar al Producto Interno Bruto del país y para eso están sus empresas. Sobran las insatisfacciones de artistas y creadores que deben gestionarse absolutamente todo para difundir o promocionar su trabajo, mientras quienes tendrían la responsabilidad de hacerlo ejercen una suerte de parasitismo desde la inactividad (Exclamaciones y aplausos prolongados).
Los artistas tienen el deber de pagar sus impuestos, pero no deberían tener que abonar a las empresas si estas no han tenido nada que ver con los contratos de trabajo, con su promoción ni con su amparo jurídico (Exclamaciones y aplausos prolongados).
Es un secreto a voces que ese parasitismo favorece la corrupción (Exclamaciones y aplausos) y enmascara el incumplimiento de la función de representación y gestión de oportunidades para el creador y su obra. Es inútil y engañoso que el escaso dinero de que dispone el país sea reciclado entre entidades sin ningún efecto en la economía real (Exclamaciones y aplausos).
Otros temas que, en mi modesta opinión, deberían concitar acciones y reacciones de nuestros creadores agrupados en la Uneac tienen que ver con lo que algunos llamamos “mercenarios culturales”, esos dispuestos a linchar a cuanto artista o creador exalte a la Revolución o les cante a las causas más duras y a la vez más nobles en que están empeñadas las fuerzas progresistas de nuestra región y del mundo (Aplausos).
Recordemos el mensaje del General de Ejército Raúl Castro Ruz, en ocasión del aniversario 55 de la Uneac: “Hoy estamos doblemente amenazados en el campo de la cultura: por los proyectos subversivos que pretenden dividirnos y la oleada colonizadora global. La Uneac del presente continuará encarando con valentía, compromiso revolucionario e inteligencia, estos complejos desafíos.”
Esta plataforma colonizadora promueve los paradigmas más neoliberales: Estado mínimo, mercado hasta donde más sea posible, todo se vende y se compra, el supuesto éxito único de la empresa privada; atentos a los que ponen por delante mercado y no cultura; egoísmo y vanidad personal y no compromiso social de la cultura (Exclamaciones y aplausos).
Ya se ha denunciado que la actual administración estadounidense destina nuevos y mayores fondos a la subversión y que pide a quienes desean acceder a los cotos privilegiados del imperio que rindan cuenta de cuanto hacen o dicen en las redes sociales. Por lo que callan y por lo que dicen algunos contra sus propios compatriotas, es fácil colegir quiénes aspiran a ganarse el penoso boleto. Apóstatas les llamaría Martí. Me pregunto si alguien cree que servir al que nos bloquea, ataca y obstaculiza nuestro desarrollo le abrirá por largo tiempo la pequeña puerta por la que les dan acceso a quienes reniegan de su raíz.
No vamos a limitar la creación, pero la Revolución que ha resistido 60 años por haber sabido defenderse, no va a dejar sus espacios institucionales en manos de quienes sirven a su enemigo, sea porque denigran cualquier esfuerzo por sobreponernos al cerco económico o porque se benefician de los fondos para destruir a la Revolución (Aplausos).
Los límites comienzan donde se irrespetan los símbolos y los valores sagrados de la Patria (Aplausos).
La Constitución que acabamos de aprobar y que se complementará con sus leyes correspondientes tiene, entre las primeras, la de los símbolos nacionales.
Los ingenuos hacen tanto daño como los perversos. No son tiempos de negar ideologías, ni de descontextualizar. Y nada de esto significa negar la libertad de creación ni hacer concesiones estéticas. Significa tener sentido del momento histórico, saber que más allá de Cuba el mundo vive horas de mucho riesgo e incertidumbre, donde los poderosos pasan por encima de las leyes internacionales, lanzan guerras al amparo de las llamadas fake news o falsas noticias y destruyen civilizaciones milenarias en nombre de la intervención humanitaria. Construir y defender un proyecto socialista significa defender el humanismo revolucionario.
Como en los tiempos de Palabras a los intelectuales, la Revolución insiste en su derecho a defender su existencia que es, también, la existencia de un pueblo y de sus creadores e intelectuales.
Tendría mucho más que decirles, pero sé que habrá nuevas oportunidades para hacerlo. Nos hemos propuesto realizar encuentros mensuales con la directiva electa y grupos de creadores, junto a los ministerios, para revisar todo cuanto podamos colaborar en arrancarles cada vez un pedazo mayor a los problemas y dificultades (Aplausos).
Para eso cuenten con el apoyo del Gobierno, presentes aquí seis ministros y viceministros de los organismos de la Administración Central del Estado. El Dictamen de las comisiones nos ofrece un menú de temas muy amplio que debemos ahora abordar entre todos y en darle solución.
No dejen morir el Congreso. Trabajen por hacer realidad todo lo que entiendan que aportará al bien de la nación, a su espiritualidad, al porvenir que quieren negarnos los que no han podido destruirnos.
Entre ustedes nos sentimos cómodos, entusiastas, optimistas, conscientes de que como nos enseña Raúl: “Sí se puede” cuando se quiere. Y ustedes y nosotros, es decir, la Revolución, queremos lo mismo:
Un país libre, independiente y soberano;
Fiel a nuestra historia;
Que garantice justicia social y justa distribución de la riqueza;
Con respeto a la dignidad plena del ser humano, mujer y hombre;
Con una sólida identidad cultural;
Donde se preserve el acceso gratuito y universal a la educación;
Que avance hacia un desarrollo económico equilibrado y sostenible;
Próspero, inclusivo, participativo;
Invulnerable militar, ideológica, social y económicamente;
Con servicios de salud gratuitos y de la mayor calidad para todos;
Solidario, generoso, humanista;
Que repudie todas las formas de discriminación;
Donde no prosperen nunca el crimen organizado, la trata de personas o el terrorismo;
Defensor de los derechos humanos de todos, no de segmentos exclusivos o privilegiados;
Libre de toda forma de violencia, esclavitud, explotación humana;
Con un ejercicio ejemplar de la democracia del pueblo y no del poder antidemocrático del capital;
Capaz de vivir en paz y desarrollarse en armonía con la naturaleza y cuidando las fuentes de las que depende la vida en el planeta.
Compañeras y compañeros:
Nuestro reconocimiento a la intensa labor realizada por Barnet en estos años al frente de la Uneac.
Felicitamos a la nueva dirección de la Uneac, a su presidente electo, Morlote, con la certeza de que comprenden que su misión más importante es desatar una irreconciliable batalla contra la incultura y la indecencia (Aplausos), y en ese bregar los creadores deberán ser, como siempre, como pidió Fidel en Palabras a los intelectuales: más que espectadores, actores.
Un mundo mejor es posible.
Esa certeza la heredamos de nuestros padres y tenemos el deber de sostenerla para nuestros hijos.
¡Somos Cuba! ¡Somos continuidad!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(Ovación)
Intelectuales cubanos llaman a la cohesión polìtica cultural
Con las palabras del presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, comenzó el IX Congreso de esta organización
Miembros de la Uneac abogan por turismo cultural con sello de cubanía
La Habana, 29 jun (Prensa Latina) Con la apuesta por un turismo cultural, donde se represente lo mejor del arte cubano en sus diferentes manifestaciones, abrió hoy el debate la comisión IV durante el Congreso de la Uneac.
La novena edición de la cita de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) acoge a 250 delegados de todas las provincias del país e invitados, que abogan por el desarrollo de una cultura autóctona, representativa de los valores históricos y sociales de la nación caribeña.
Según los participantes, el turismo constituye una esfera esencial en la divulgación de la creación artística cubana, por lo cual su principal prioridad es salvaguardar la cultura e identidad nacionales de los impactos del mercado.
El debate en la comisión se centró en cinco interrogantes principales relacionadas con las dicotomías y semejanzas entre turismo y cultura, las opciones artísticas en hoteles y polos del sector recreativo, la industria cultural dentro y fuera del país, y el mercado y comercialización del arte.
Calidad, autenticidad y diversidad fueron los vocablos por excelencia utilizados por los delegados, quienes debatieron sobre la necesidad de proyectar programaciones que privilegien lo mejor de los exponentes artísticos de la isla y promover la inserción orgánica de los visitantes en la vida cultural de cada territorio.
Instan a fortalecer instituciones culturales en Cuba
La Habana, 29 jun (Prensa Latina) Intelectuales y artistas cubanos llamaron hoy a fortalecer las instituciones culturales del Estado y promover asociaciones creativas a favor de la auténtica cultura.
La realización del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) promovió numerosos debates en torno a temas de actualidad imposibles de ignorar.
El ministro de Cultura, Alpidio Alonso, y otras autoridades del país participaron en los intercambios de las seis comisiones encargadas de analizar los planteamientos en el Palacio de Convenciones, de esta capital.
Clausuran IX Congreso de Escritores y Artistas de Cuba
La Habana, 30 jun (Prensa Latina) El IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) concluye hoy con la lectura y debate del informe en torno a los desafíos de la cultura cubana.
Durante la jornada final de la cita, realizada en el Palacio de Convenciones, de esta capital, se presentará la nueva presidencia electa mediante votación la víspera, previo a la reunión de las comisiones.
En las sesiones particulares, los escritores y artistas de Cuba agrupados en la Uneac afianzaron el compromiso de contribuir para que esta organización penetre y dialogue con el tejido social de la nación.
Presidente de Cuba participa en IX Congreso de Escritores y Artistas
La Habana, 30 jun (Prensa Latina) El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, participa hoy en la jornada de clausura del IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Los delegados al evento debaten en la jornada final sobre los desafíos actuales de la cultura cubana, previo a la presentación de la nueva presidencia de la Uneac elegida mediante votación.
Creación artística en Cuba al servicio de igualdad y libertad plenas
La Habana, 30 jun (Prensa Latina) Todo lo que hagamos desde la creación y el pensamiento tendrá que tributar a la dignidad, igualdad y libertad plenas, afirmó hoy el presidente de la Unión de Escritores y Aristas de Cuba (Uneac), Miguel Barnet.
Al clausurar el IX Congreso de la entidad, el etnólogo resaltó la importancia de propiciar la reflexión colectiva sobre cuestiones diversas como las formas en que las esferas del arte pueden aportar a la economía, contribuir al perfeccionamiento de la política cultural y combatir el impacto de las industrias foráneas.
En el Palacio de Convenciones, de esta capital, Barnet analizó los desafíos actuales de la cultura cubana en armonía con el desarrollo del país.
Al mismo tiempo, recordó que el foro acontece en un contexto internacional en el cual América Latina y el Caribe sufren la arremetida del imperio norteamericano y de una ultraderecha neofascista.
Confirman en Cuba obligación de proteger la enseñanza artística
La Habana, 30 jun (Prensa Latina) Los delegados al IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) asumen hoy como una obligación proteger la enseñanza artística como única garantía de continuidad del arte y la literatura
La formación artística no puede subordinarse a las contingencias, ni banalizarse en medio de la difícil situación que afronta el país y debe constituirse ella misma en la expresión más genuina de nuestra identidad, tradición y valores culturales, expuso la actriz Corina Mestre, en el Palacio de Convenciones de esta capital.
Mestre presidió la Comisión V, dedicada a reflexionar en torno a la enseñanza artística y la relación con los jóvenes creadores.
Los miembros de ese núcleo coincidieron en que es imprescindible elevar el respeto al magisterio, dignificar a los profesores, mejorar sus condiciones de trabajo y remuneración.
El dictamen de la Comisión subraya como deber elevar la calidad de los claustros e ir a un reordenamiento de la red de escuelas.
De acuerdo con los delegados al IX Congreso de la Uneac, es preciso lograr una verdadera articulación de los planes de estudio de la enseñanza media y superior.
A la vez, advirtieron que la figura descrita en el trabajo por cuenta propia como profesor de música y otras artes, resiente a la academia, pues se abre espacio a un nivel educativo dudoso si no se fiscaliza apropiadamente su ejecutoria.
Los planteamientos precisan que el estado constructivo de las escuelas de arte del país es bueno solo en 10 de ellas y se observa una desactualización de los fondos bibliográficos, insuficiente divulgación de los resultados y publicación de las academias.
En la Uneac, urge comprometer a las figuras emblemáticas de nuestra cultura para que se acerquen a la enseñanza artística como tutores y maestros, afirmó Mestre.
Los participantes en el IX Congreso estuvieron de acuerdo en potenciar la investigación y la preservación de la memoria histórica de la enseñanza del arte en Cuba y crear estrategias para la formación de críticos especializados que permita un ejercicio profesional ético, orientador, jerarquizador y comprometido con la cultura.
Debaten en Cuba sobre retos de la cultura en pos del desarrollo
La Habana, 30 jun (Prensa Latina) Intelectuales cubanos debaten hoy sobre los desafíos actuales de la cultura en armonía con el desarrollo del país durante la jornada de cierre del IX Congreso de la Unión de Escritores y Aristas de Cuba (Uneac).
El presidente de la organización, Miguel Barnet resaltó la importancia de propiciar la reflexión colectiva sobre el aporte del arte a la economía, su contribución al perfeccionamiento de la política cultural y combatir el impacto de las industrias foráneas.
Para la Premio Nacional de Literatura en 2005, Graziella Pogolotti los retos en la actualidad son gigantescos, requieren sopesar y valorar todas las fuentes de información y fomentar el pensamiento crítico a su más alto nivel.
La ensayista calificó de proyecto netamente anexionista la Ley Helms-Burton y apuntó como el recrudecimiento de esta política representa una cuarta intervención en el destino de la isla.
En tal sentido remarcó la necesidad de reconstruir la historia de nuestras artes y letras, desde los años previos a la Revolución (1959), desarmar los mecanismos mediante los cuales se manipula a las personas por las vías sofisticadas de la actualidad y desterrar la banalización y manipulación.
Pogolotti destacó además la importancia del congreso como balance y punto de partida para la definición de nuevas estrategias y ejecución de soluciones concretas de la cotidianidad en cuestiones de política cultural, ponderar el patrimonio autóctono, la arquitectura y crear conciencia.
De igual forma el poeta Víctor Fowler abogó por el fomento de un pensamiento desalienador el cual reivindique el desarrollo de la teoría socialista de la cultura, como patrimonio del pueblo, en un escenario que trasciende la labor de los artistas e incluya a la prensa, escuelas e instituciones de toda índole.
El humorista Luis Enrique (Kike) Quiñones, resaltó la pertinencia de la implementación de una política cultural que permita evaluar logros y trazar nuevos modos de hacer, generar riquezas y empleos.
Quiñones alertó sobre la hegemonía de la seudocultura interna, la implosión de la creación artística, las grietas en los medios de comunicación masiva que perpetúan los estereotipos y la necesaria cohesión entre estudiosos, creadores, dirigentes e instituciones.
En el camino de desafío para la cultura la Gisela Herrero ponderó el valor del diseño como un actor estratégico, dinamizador de la economía con un impacto tangible en el crecimiento del producto interno bruto de las naciones.
Igualmente destacó la valía del diseño como expresión de identidad desde los colores, formas y sabores, lo cual no debe suceder por accidente sino con la intención preconcebida de lograr una correspondencia entre lo que se quiere transmitir y la imagen proyectada.
Ponderan sinceridad de congreso de escritores y artistas de Cuba
La Habana, 30 jun (Prensa Latina) El presidente del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Ivan Giroud, celebró hoy la sinceridad y voluntad de encontrar soluciones de los delegados al IX Congreso de la Unión de Escritores y Aristas de Cuba (Uneac).
Tratar de resolver algunos problemas lo más pronto posible no depende solo de la infraestructura, de los recursos; sino más bien de la gestión, advirtió el intelectual cubano a Prensa Latina en declaraciones exclusivas ofrecidas en el Palacio de Convenciones, de esta capital.
De acuerdo con el directivo, durante el evento desarrollado este 29 y 30 de junio, se produjeron debates intensos y los planteamientos estuvieron acorde a los grandes problemas que necesita resolver su país.
Giroud elogió la manera de plantear las ideas con sinceridad y libertad, lo cual constituye una satisfacción para los miembros de la Uneac.
Al mismo tiempo, aseguró que el decreto-ley 373 recién emitido por el gobierno que reconoce y norma en Cuba la condición laboral del creador audiovisual y cinematográfico independiente beneficia a la cultura en general, al cine y al desarrollo de todos los eventos del séptimo arte en el país.
Esto era algo por lo cual veníamos luchando hace tiempo porque creíamos que era necesario organizar el espacio audiovisual cubano, pues estaba desactualizado con respecto a cómo debe desenvolverse en la modernidad y de acuerdo al desarrollo tecnológico, explicó.
Según consideró Giroud, este decreto-ley es el primero de una serie que llegará con el tiempo.
Ahora el principal reto es trabajar para aplicarlo bien y eso esperamos hacer junto con los creadores y las personas que deben organizarlo, sostuvo.
En opinión de Giroud, habrá que trabajar mucho en los guiones de las películas y resulta clave el Fondo de Fomento a la Producción Audiovisual y Cinematográfica.
A su criterio, esta instancia deberá actuar acorde a la política cultural para, en función de la cantidad que disponga, escoger los proyectos que puedan llenar las expectativas.
Este es un momento de mucha importancia para la gente del cine en Cuba, aseguró Giroud.
Escritores y artistas de Cuba defienden identidad cultural de la isla
La Habana, 30 jun (Prensa Latina) Los escritores y artistas de Cuba agrupados en la Uneac confirman hoy su compromiso de contribuir a la consolidación de la identidad cultural de la nación y sus ciudadanos, desde la creación artística.
De acuerdo con el escritor Pedro de la Hoz, el diálogo en la Comisión II del noveno congreso de la organización permitió validar la importancia del patrimonio y la memoria en la defensa de lo autóctono, así como la influencia de los creadores en la promoción de esos valores.
Los participantes ratificaron su apoyo a la política cultural cubana y su contribución permanente a la lucha contra la discriminación por el color de la piel, género, orientación sexual, origen étnico, procedencia territorial y todo lo que atente contra la dignidad humana.
Entre las propuestas de la comisión destacó la necesidad de la articulación responsable de la programación cultural en las diferentes instituciones, así como potenciar el diálogo con las autoridades y otras entidades responsables de transmitir valores en la sociedad.
De la Hoz, insistió en el rescate del patrimonio documental y arquitectónico, el apoyo a los planes de enseñanza a todos los niveles y la utilización de la escuela como centro cultural por excelencia de la comunidad.
El también periodista resaltó el papel de los proyectos socioculturales comunitarios en la formación de personas con una cultura responsable, comprometida y participativa, así como la proyección hacia el exterior de una cultura descolonizada y auténtica.
Igualmente, se plantearon ideas para seguir aportando a la construcción de una sociedad mucho más inclusiva, democrática y plena, que responda a las exigencias del perfeccionamiento del modelo socialista cubano.
Teniendo en cuenta el escenario actual, los participantes recomendaron la creación de grupos interdisciplinarios para abordar temas como el patrimonio documental, memoria histórica, programación cultural, proyección internacional y análisis de las relaciones Cuba-Estados Unidos.
Eligen nuevo ejecutivo de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba
La Habana, 30 jun (Prensa Latina) El realizador radial y de televisión Luis Morlote Rivas asumió hoy la presidencia de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en la jornada de clausura del IX Congreso de la organización.
Durante los 22 años en el ejecutivo de la Uneac, he aprendido muchas cosas, me he entregado a este trabajo y lo seguiré haciendo porque para mí lo más importante es la causa que defendemos la gran Revolución que me ha traído hasta aquí, declaró Barnet.
De igual modo el poeta aseguró que no será un ornamento y seguirá aportando a la cultura atendiendo la Fundación Fernando Ortiz y continuando el legado de nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro.
Morlote Rivas se refirió a los retos que enfrenta la creación artística en la nación caribeña, a la necesidad de mantener la cohesión entre los miembros de la organización y la intención del nuevo ejecutivo de reverenciar la memoria histórica y diseñar una hoja de ruta a tono con los tiempos actuales.
El presidente de la Uneac ratificó el compromiso de sus miembros de impulsar el proyecto social cubano y acompañar los cambios del gobierno, encaminados al mejoramiento del nivel de vida y espiritual de la población.
Integran también el ejecutivo nacional de la entidad que agrupa a los escritores y artistas en la isla, Corina Mestre, Magda Resik, Pedro de la Hoz y Marta Bonet como vicepresidentes, así como Guido López Gavilán y Cira Romero Rodríguez como secretarios.
En el caso de las asociaciones nacionales figuran como presidentes Alberto Marrero en la sección de escritores, Lesbia Vent Dumois, en la de artistas de la plástica, Lourdes de los Santos Matos en la de cine, radio y televisión, Orlando Vistel en la de música y Francisco González en teatro.
Como miembros de honor resaltan nombres como la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, el compositor Leo Brouwer, el músico Alfredo Diez Nieto, el saxofonista César López y el historiador Eusebio Leal.
El consejo nacional de la organización quedó conformado por 120 escritores y artistas donde se evidencia una nómina renovada y entusiasta, la cual persigue fortalecer el trabajo desde todas las manifestaciones.
Destacan entre ellos el escritor y asesor del presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Abel Prieto, la subdirectora del Ballet Nacional de Cuba Viengsay Valdés, el pintor Eduardo Roca Salazar, la cineasta Marilyn Solaya, el cantante Israel Rojas y el humorista Luis Enrique Quiñones.