Cuba un socialismo firme y humano
(II) Visiones sobre un mismo tema.
Por Orestes Martí
Como señalamos al inicio de esta Serie, la misma fue elaborada a partir de una entrevista de la destacada comunicadora Micaela Sagaseta Paradas al comunicador popular y Presidente de la Coordinadora Internacional TESORO, de la Asociación Internacional COMEX Global y de la Federación Internacional de Comunicadores Populares, Roberto Domínguez Lima y no ha sido la primera vez que la mencionada comunicadora lo haya entrevistado para su Programa radial “Ven Pa-cá” que transmite por Radio Guiniguada, desde Las Palmas de Gran Canaria.
Hoy continuamos con la reproducción “aleatoria” de las preguntas de la entrevistadora así como de las respuestas escritas del entrevistado -una versión de las cuales serán emitidas en un Programa Especial en la mencionada Radio Cumunitaria- abordando un tema al cual también recientemente se refirió el trovador Sílvio Rodríguez Domínguez y que vamos a brindar a nuestros lectores.
Micaela Sagaseta Paradas (MSP): ¿Cómo ves tú que se plantee el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a la brigada médica cubana Henry Reeve, un premio otorgado a asesinos como Obama o Kissinger?
Roberto Domínguez Lima (RDL): No hay dudas de que esa pregunta es bastante complicada de responder. Por un lado es cierto que compartir un Premio de esa naturaleza con los personajes que mencionas y que por cierto no son los únicos que en mi opinión personal no lo merecían ni mucho menos -y solo habría que leerse la lista de quienes a lo largo de la historia lo han recibido, como Theodore Roosevelt- quien “Como Subsecretario de la Marina había preparado la intervención norteamericana en la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana en 1898, en la que terminó por involucrarse directamente, dirigiendo con los cargos de Teniente Coronel a los Rough Riders (Duros jinetes), con los que ganó una desmesurada reputación de héroe”; pero por el otro también lo han recibido luchadores sociales y verdaderos defensores de los derechos humanos como Martin Luther King; Adolfo Pérez Esquivel, la guatemalteca Rigoberta Menchú o Nelson Mandela… aunque también hubo quien lo rechazó como el vietnamita Lê Ðức Thọ
Como Martiano pienso -como el maestro- que “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz” y que el reconocimiento más importante lo dan los pueblos cuando reciben el apoyo de una brigada de ese contingente que tanto ha hecho y hace por la humanidad; precisamente el día 28 de mayo, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, inauguró -desde la Casa de las Américas de La Habana- la exposición Médicos y no bombas, un tributo cultural a las brigadas internacionalistas de profesionales de la salud.
Entrevista para La Jornada
En mayo pasado Juan José Olivares, periodista de La Jornada (México), envió a Sílvio Rodríguez Domínguez una entrevista que el trovador acaba de publicar -íntegramente en su Blog “Segunda Cita”, en la que señala “Puede que me haya extendido un poco en algunas respuestas, sobre todo por el complejo momento que estamos viviendo y por los temas que tocaban algunas preguntas. El caso es que la semana pasada salió en La Jornada una edición bastante completa. Hoy despierto y veo, con agrado, que ha salido una reseña de la misma en Granma”…. y a continuación brinda -según él mismo asegura- las preguntas como le llegaron y sus respuestas como las envió.
Vamos a tomar nosotros algunas de sus respuestas sobre el tema que nos ocupa
Pregunta del periodista (JJO): La medicina cubana tendría que ser un orgullo para todo el orbe. Más aún porque se desarrolla en condiciones económicas adversas. ¿Cuál es su opinión?
Respuesta de Silvio (SRD): Por supuesto que la calidad, pero sobre todo la humanidad de la medicina cubana es un logro indiscutible. Mi infancia transcurrió en tiempos en que Cuba no era así. Había médicos con conciencia y algunos hospitales públicos, pero ni remotamente podían ofrecer la variedad y complejidad de tratamientos a todos los cubanos, sin distinción, y menos completamente gratis, como se hace ahora. A partir del triunfo revolucionario de 1959 oleadas de jóvenes que antes no tenían acceso a la Universidad empezaron a formarse como médicos. Mejorar radicalmente el sistema de salud y fundar la investigación científica fueron proyectos que Fidel Castro impulsó personalmente. Una de las consecuencias de esta filosofía es la Operación Milagro, plan conjunto de Fidel y Chávez que le ha devuelto la visión a millones de pacientes oftalmológicos en diversos países de Latinoamérica. Hoy día el sistema de salud de Cuba continúa activo pero con gran esfuerzo, por las carencias que nos impone el bloqueo del gobierno de los Estados Unidos.
(JJO): Hay 329 inscritos para el premio Nobel de la Paz. La cantidad de candidatos, sin duda, muestra la profusión de problemas humanos urgentes por resolver, pero también la de personas y entes que promueven valores. ¿La existencia de la brigada Henry Reeve puede ayudar a reconocernos en esos valores que nos distinguen como especie? ¿Qué es para usted la brigada?
(SRD) El año pasado, cuando se cumplieron 15 años de la fundación de la brigada médica Henry Reeve –que lleva el nombre de un joven de Brooklyn que peleó por nuestra independencia–, ya habían atendido a más de 4 millones de personas en países de Asia, África y América Latina, y habían salvado a más de 93 mil vidas. Firmé la petición del Nobel porque son un ejemplo, un símbolo de la solidaridad universal, siendo incluso un desafío a nuestras propias posibilidades. Una vez escuché decir a un campesino de un país latinoamericano, al que un médico nuestro había curado, que lo que más le impresionaba era que Cuba no ofrecía lo que le sobraba sino que compartía lo que tenía. Con esa vocación de servicio la brigada Henry Reeve ha abierto frentes de solidaridad en muchas situaciones críticas y países del mundo. Estoy seguro de que si tuviéramos más, daríamos más.
(JJO): Dijo Noam Chomsky — y lo suscribimos muchos — , que Cuba es el único país que ha mostrado “un genuino internacionalismo” durante la Pandemia. No hay una verdad absoluta, pero sí una energía llamada Sentido Común/Congruencia, que cuenta con algunas verdades básicas. ¿Cree que la humanidad está preparada para concretarlas en bien del colectivo, o seguiremos siendo los mismos?
(SRD): No es la primera pandemia que azota al mundo. ¿Hemos cambiado?.. Pero dicen que lo último que se pierde es la esperanza y, aunque me asalten dudas, no voy a dar un mal ejemplo en eso: Ojalá consigamos ser mejores.
(JJO): La Pandemia democratizó al mundo, pero por el miedo. ¿Cree que, por orden natural, esta Pandemia tendría que hacer lo mismo con otros sentimientos o valores o seguirán imponiéndose los intereses de poder?
(SRD) La pandemia nos ha mostrado lo parecidos que somos, sobre todo en algo tan básico como la fragilidad biológica. Pero la verdad es que desconcierta enterarse de que algunos han multiplicado sus ganancias, incluso gracias a la covid. Eso quiere decir que, aún con el miedo que nos empareja, la vida sigue siendo más prometedora para los que tienen que para los que no. ¿Encontraremos vacunas para todas las plagas que nos azotan?