Día de la victoria contra el fascismo, recordatorio necesario
Por Orestes Martí.
Como recoge la enciclopedia cubana ECURED en su información sobre la Segunda Guerra Mundial: “Fue el conflicto armado más grande y sangriento de la historia universal en el que se enfrentaron los países que conformaban las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje, entre 1939 y 1945. Tras seis años de dura lucha, el 14 de agosto de 1945, se declara el final de la guerra con la victoria de los Aliados ocurrida tras la caída de los regímenes de Adolf Hitler en Alemania y Hideki Tojo en el Imperio del Japón. Cifras conservadoras establecen que la guerra causó la muerte de alrededor de 60 millones de personas, siendo la Unión Soviética, China y Alemania, las naciones que más víctimas tuvieron”…..
….“Gran Guerra Patria o Gran Guerra Patriótica (en ruso: Великая Отечественная война, Velíkaya Otéchestvennaya voyná). Es término utilizado entre los pueblos integrantes de la antigua Unión Soviética para denominar a la guerra contra la Alemania Nazi durante la Segunda Guerra Mundial. En Occidente se llama simplemente Frente Oriental. Las repúblicas soviéticas perdieron aproximadamente 27 millones de personas, en una guerra que se inició con la invasión nazi de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, y culminó con la caída de Berlín el 3 de mayo de 1945 a manos del Ejército Rojo.
La expresión “Gran Guerra Patria” se publicó por primera vez en el periódico “Pravda” el 23 de junio de 1941. Se eligió porque evoca a la Guerra Patria que enfrentó la Rusia zarista contra Francia en la época de Napoleón en 1812, de esta forma el gobierno soviético reforzaba el patriotismo de las masas con un mensaje muy nacionalista y reiterar el grave peligro que para la Unión Soviética y sus habitantes significaba el ataque nazi.
“Mientras en Occidente se le denominaba “Segunda Guerra Mundial” al conflicto ocurrido en Europa en ese período, en la historiografía soviética se le llamó “Gran Guerra Patria” ya que la Unión Soviética rechazaba tener vínculo alguno con la Primera Guerra Mundial, considerada como simple guerra imperialista donde había participado la Rusia zarista. Asimismo reforzaba a nivel historiográfico el concepto de que la Unión Soviética era un Estado totalmente nuevo, cuyas tradiciones militares no correspondían a las de la Rusia zarista. Los historiadores soviéticos designaron como “Gran Guerra Patria” sólo al enfrentamiento entre la Unión Soviética y la Alemania nazi para darle un significado de un choque de ideologías donde el comunismo había derrotado al fascismo”.
Ya sabemos que algunos se preguntan -nos lo han preguntado- si vale la pena recordar todos los años, un aniversario más de la victoria de la URSS contra el nazi fascismo.
Aunque seguimos pensando en que es algo absolutamente necesario, les invitamos a que lean los motivos que esgrime el destacado periodista Antonio Rondón -corresponsal de la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina en Rusia- en un artículo que acaba de publicar PL.
Victoria sobre el fascismo: un recordatorio necesario
Moscú (Prensa Latina) La celebración del 75 aniversario de la Victoria de la Unión Soviética sobre el fascismo alemán en la Gran Guerra Patria constituye un acontecimiento de necesaria referencia ante intentos de distorsión de esa historia en Occidente.
En la medida que la humanidad pierde testigos y participantes directos en la gesta heroica del pueblo soviético, tras la muerte de 27 millones de sus hijos en la contienda, aumentan las maniobras para distorsionar la verdad y situar a la URSS en el banquillo de los acusados.
Rusia, como heredera histórica de la referida epopeya de todo un pueblo que movilizó al menos 34 millones de personas para luchar no solo contra Alemania, sino por la liberación de Europa, le toca defender la verdad histórica.
Pareciera que 13 mil procesos judiciales celebrados entre 1945 y 1955 en el Tribunal de Núremberg dejarían claro a qué se enfrentó y qué derrotó el Ejército Rojo y todo el pueblo soviético: una maquinaria de odio, racista, sanguinaria y la más mortífera creación política.
Sin embargo, en Europa proliferan ahora formaciones neofascistas, algunas de las cuales llegan a parlamentos, gobiernos e incluso a la Eurocámara para desde allí minimizar los desmanes fascistas y glorificar el pasado repulsivo del nazismo alemán.
En su afán por desaparecer cualquier vestigio de comunismo o de izquierda en Europa, se alienta la llamada descomunización y la glorificación del fascismo que incluye desde la prohibición de símbolos soviéticos o socialistas hasta la destrucción de monumentos.
A ningún otro pueblo o fuerza militar se le dedicaron tantas obras recordatorias por su hazaña libertadora en Europa como las recibidas por el Ejército Rojo y el pueblo soviético, con cuatro mil monumentos, estatuas y complejos memoriales levantados en la región.
El Ejército Rojo involucró a siete millones de sus miembros en la liberación, desde abril de 1944 hasta el 9 de mayo de 1945, con la toma de Berlín, de al menos 12 países europeos, con una población de 149 millones de habitantes, en 2,2 millones de kilómetros cuadrados.
Sin embargo, algunas autoridades en Polonia, la República Checa, en naciones con costas en el mar Báltico como Estonia, Lituania y Letonia, promueven la destrucción y desmontaje de los mencionados monumentos, mucho de ellos erigidos con recaudaciones populares.
En Polonia, por ejemplo, la legislación nacional permite por ley la destrucción de las obras levantadas en recordación de quienes nadie debería olvidar en Europa, en especial en ese país, en cuya lucha por su liberación perecieron al menos 600 mil combatientes soviéticos.
PRECIO DEL SACRIFICIO SOVIÉTICO
La Unión Soviética, después de desclasificar documentos en 1993, contabilizó 27 millones de muertos en la Gran Guerra Patria. Sin embargo, ese listado dejó fuera a cientos de miles que fallecieron después en los hospitales militares, civiles u hogares de acogida, por sus heridas.
Durante la contienda, los fascistas destruyeron mil 710 ciudades y poblados en la Unión Soviética, más de 70 mil aldeas, unos seis millones de edificios y dejaron sin techo a 25 millones de personas.
Además, la maquinaria militar alemana pulverizó 32 mil grandes y medianas fábricas industriales, 65 kilómetros de vía ferroviaria, 40 mil centros médicos, 84 mil planteles, 43 mil bibliotecas, 99 mil 876 cooperativas agrícolas y robaron o mataron a siete millones de caballos.
Se calcula que las pérdidas totales de la Unión Soviética equivalen a 679 mil millones de rublos en los precios de 1941 (superior nominalmente al dólar actual), en tanto de conjunto con gastos militares y pérdidas de ganancias llegan a más de dos billones de rublos de esa época.
Además, para que la población soviética volviera a situarse en los 194 millones de antes de 1941, fue necesario esperar 10 años de recuperación.
La Unión Soviética se encargó de destruir 507 divisiones nazis y 100 de sus aliados, pues en el frente soviético-alemán el Tercer Reich registró el 74 por ciento de sus pérdidas.
La URSS eliminó el 75 por ciento de los aviones de la Alemania hitleriana (más de 70 mil), las tres cuartas partes de los tanques y armamentos de asalto (cerca de 50 mil) y el 74 por ciento de las piezas artillería (167 mil).
Estados Unidos, Francia y el Reino Unido destruyeron ocho veces menos fuerzas a Alemania que la Unión Soviética, mientras que la ayuda brindada por los aliados entre 1943 y 1944 por el sistema lend-lizy representó solo el 15 por ciento de toda la producción lograda por la URSS.
La ayuda occidental, aunque fue significativa, tampoco pudo considerarse decisiva. Resultó palpable en el suministro automotor, con 427 mil camiones y autos, lo que representó el 75 por ciento del parque disponible.
Además, en el sector naval también fue notable, con 596 buques construidos en astilleros occidentales, el 22,3 por ciento del total.
De los mil 418 días de la Gran Guerra Patria, mil 320 fueron de combate activo, mientras que de los mil 68 días de la guerra en el frente norafricano solo 309 resultaron de lucha activa, en tanto en el italiano de 663 jornadas, solo 49 tuvieron acciones bélicas, afirman historiadores.
El frente soviético-alemán sobrepasó los cuatro mil kilómetros, es decir, cuatro veces más que el norafricano, el italiano y el de Europa occidental de conjunto, donde combatieron los aliados.
IMPORTANCIA DE LA VICTORIA
La salida victoriosa en la Gran Guerra Patria permitió a la Unión Soviética afianzarse como potencia mundial, con un papel crucial en la creación de entidades internacionales como las Naciones Unidas.
Además, las relaciones diplomáticas con otros países pasaron de 26 en 1941 a 52 en 1945. La Unión Soviética tomó como estrategia prioritaria garantizar su defensa y potencial militar para evitar futuras agresiones.
La victoria sobre el fascismo alemán y el militarismo japonés colapsó el sistema colonial en el orbe. Antes de la Segunda Guerra Mundial, el 69 por ciento de la población y el 77 por ciento del territorio en el mundo estaban bajo el yugo colonial.
Pero, tras finalizar la segunda conflagración mundial solo el 0,2 por ciento de la población del planeta y el 0,5 por ciento de su territorio quedó bajo el efecto de la explotación colonial.
Además, el prestigio ganado por la gesta libertadora y antifascista de la Unión Soviética contribuyó a que su ejemplo se extendiera a otras naciones que aspiraron a contar con un sistema sociopolítico diferente.
Llega el 9 de mayo de 2020, 75 años después de la victoria del pueblo soviético, y en Occidente se pretende olvidar o, como ha sucedido en otras ocasiones, cambiar una historia escrita con la huella del sacrificio para el bien de toda la humanidad.
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