Ariguanabo TV
7 min readNov 29, 2020

Guerra y paz: ¿Que se está labrando en San Isidro?
Por Orestes Martí.

San Isidro es un Consejo Popular situado al suroeste de La Habana Vieja; actualmente abarca desde la calle Egido hasta la Avenida del Puerto y Acosta hasta Desamparados. Limita al este con el Puerto, al sur con el Consejo Popular de Jesús María y al norte con el Consejo Popular de Belén y tiene una extensión de 0,3 Km2. Según la Enciclopedia cubana “está dedicado a San Isidro Labrador, protector de los hurtos sembrados, comunidad que conserva sus tradiciones y guarda la memoria de sus hechos sobresalientes sobre los baluartes de la Muralla”.

San Isidro es también -desde hace unos días- un lugar donde para algunos se “defiende el derecho de los jóvenes para crear”, mientras que para los que ya conocen algo de las históricas tácticas del imperio para desestabilizar a una sociedad, el escenario de un show; de un montaje que está conduciendo a algunas personas -intelectuales incluídos- a desarrollar y establecer un posible “falso dilema”.

Por diferente vías nos llega la información -y la desinformación- sobre la situación que se va generando y que en mayor o menor grado de manipulación o poca claridad es abordada por “los medios” (como es de suponer, cada cual tratando de arrimar la sardina a su sartén).

Ya saben nuestros lectores que siempre tratamos de brindar información y permitir que cada cuál se forme su propio criterio y saque “sus propias conclusiones” después de haberla analizado, contrastado y obviamente “enriquecido” con otra obtenida de “fuentes seguras”.

Sin embargo, en este caso concreto parece que existe una “mezcla” de elementos informativos -y/o desinformativos-, de opiniones y de “aspiraciones sectoriales”, que pudieran conducir a la creación -como ya hemos dicho- de lo que se conoce como un “falso dilema”; por ello, vamos a tratar de brindar información adicional que lógicamente no se limitará a este único resumen informativo.

Comenzamos por la forma y el contenido de lo que informaba la Plataforma de vocación social TeleSur:

El funcionario de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, acusó a EE.UU. de financiar, orientar e incitar a grupos opositores en la isla. | Foto: EFE

Cuba reitera a EE.UU. que no permitirá injerencia en asuntos internos

La cancillería cubana acusó a EE.UU. de financiar a grupos opositores para que desafíen la autoridad del gobierno, tanto por vías pacíficas como violentas.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba reiteró este sábado a la Embajada de Estados Unidos que no permite a Washington, ni a Estado alguno, la injerencia en los asuntos internos del país.

“En la tarde noche del sábado 28 de noviembre, el Director General a cargo de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, convocó al Encargado de Negocios de EE.UU, Timothy Zúñiga-Brown”, informó la Cancillería en una nota publicada en su web oficial.

De acuerdo con el comunicado de prensa de la cancillería cubana, el director general a cargo de Estados Unidos del ministerio de Relaciones Exteriores, Carlos Fernández de Cossío, convocó al Encargado de Negocios de ese país, Timothy Zúñiga-Brown, para transmitirle el mensaje.

Carlos Fernández de Cossío señaló las graves violaciones de las funciones como diplomático y jefe de misión que cometió Zúñiga-Brown por acudir a San Isidro cuando se desarrollaba un evento de provocación política y social contra el Gobierno cubano.

Según el texto, al haber acudido a la vivienda de la barriada habanera de San Isidro y llevar en su coche a varios de los activistas, son “graves violaciones” de las funciones de Zúñiga-Brown como “diplomático y jefe de misión”.

Fernández de Cossío subrayó que conoce ‘el esfuerzo insistente pero fracasado en tratar de sumar a esos propósitos a los sectores más representativos del arte, la cultura y la intelectualidad en el país’.

El diplomático cubano advirtió que su gobierno tiene conocimiento de la maquinaria que desde EE.UU. maneja, manipula y acosa en las redes sociales en aras de difundir información falsa, incitar al odio, dividir a la población, fomentar el resentimiento y llamar a la ilegalidad.

El directivo de la Cancillería cubana acusó al Gobierno de EE.UU. de financiar, orientar e incitar a grupos opositores en la isla para que “desafíen la autoridad del gobierno, tanto por vías pacíficas como por vías violentas”.

Por último indica el comunicado que Cuba tiene ‘cabal conocimiento de la trayectoria del gobierno de los Estados Unidos en el derrocamiento de gobiernos legítimos, en la ejecución o promoción de golpes de estado, en el fomento de la inestabilidad social al costo de muertes y sufrimiento’.

Vamos a brindar ahora la “visión” publicada ayer en el sitio cubano Cubadebate bajo el título Editorial: San Isidro

Hay un grupo empeñado en lastimar a un país. Hay gente haciendo todo para que este año, marcado por las angustias de una pandemia mezclada con las mil vueltas de tuerca que ha experimentado el bloqueo, termine mal para Cuba. Es el modo que han encontrado para sacarse dos espinas en un acto: la desafiante resistencia cubana y la sonora derrota trumpista.

Bajo el paraguas del arte, del presunto vínculo de algunos de ellos con actividades intelectuales y artísticas, ese grupo lo ha intentado todo: enlodar la bandera, dañar el patrimonio, burlar la ley, provocar a las autoridades, violar normas y protocolos sanitarios, distraer a los que aportan, “hacer explotar la olla”, como han llegado a escribir sus hinchas desde la otra orilla.

¿Con qué derecho puede alguien, que no tiene ninguna obra intelectual o artística o, incluso, si la tuviera, que no es el caso, ofender, escupir, herir de obra o de palabra el cuerpo o los sentimientos de la mayoría y aún así, pretender que se le reconozca o admita sus exigencias, aunque sean descabelladas e ilegales?

Las acciones del grupo, exhibidas por ellos mismos en las redes, tienen tanto carácter antisocial, de irrespeto y provocación como de banderas de las barras y las estrellas. ¿Y el arte? Por ninguna parte. Pero hay que hacer creer que sí lo hay. Por eso la convocatoria a la solidaridad del gremio, primero en las redes y luego en la calle, como manda el Manual de Gene Sharp sobre la guerra no convencional.

La puesta en escena del llamado MSI, con una demanda hoy y otra mañana y cada una más absurda que la anterior, tiene todas las señas de identidad de las maniobras que históricamente han desplegado los enemigos de la paz, la tranquilidad y la convivencia respetuosa.

Las demandas de los acantonados en una casa del barrio San Isidro de La Habana Vieja, en una farsa que no se puede creer -según los expertos nadie sobrevive a privación de agua por cinco días y mucho menos en el estado evidentemente saludable de Luis Manuel Otero Alcántara y otros, quienes dicen haber pasado siete días de ayuno total-, se caen por el peso de la mentira, el absurdo de las pretensiones y la maldad del propósito.

Exigir algo, conociendo de antemano la imposibilidad de que se conceda, es una provocación más, sino la central de este episodio. Se pretende mostrar al mundo un gobierno represor, que no escucha a sus ciudadanos.

Los vulgares y groseros epítetos y las amenazas, lanzados por Denis Solís contra el policía que llega para advertirle de las consecuencias de su ausencia a una citación a declarar sobre sus presuntos vínculos con terroristas basificados en La Florida, son muy elocuentes. Bajo el mandato del Trump, del que se declara entusiasta partidario, pero de cualquier otro gobierno y en cualquier otro país con duras leyes antiterroristas, otra sería la secuela de esta historia.

Más aún. En un país que lucha por sobrevivir al cerco económico en medio de una pandemia y, donde por demandas populares, se reforzaron medidas de control y se aplican multas de hasta 2 000 cup y más, para garantizar la disciplina indispensable a ese control, ¿en nombre de qué derechos, un recién llegado de México y Estados Unidos, donde cunden los contagios, se puede negar a cumplir las exigencias del protocolo sanitario?

No han faltado en las redes los entusiastas defensores de una equivalencia entre la actuación del Estado y quienes lo atacan con saña y después pretenden que se están defendiendo. La postmoderna equivalencia de todas las verdades aquí es derrotada por los hechos. De una provocación tras otra, de una transgresión tras otra, las “víctimas” de San Isidro han emergido vivos, sanos y salvos.

Además de la visible conducta antisocial de algunos de ellos, sus actitudes traslucen una certeza: en Cuba no se tortura, no se asesina, ni se desaparece a nadie desde 1959. Por eso enardece tanto y se recibe como otra provocación premeditada el llamado de algunos a que los quieren vivos. San Isidro no es el lugar de la sufrida Latinoamérica por donde sobrevoló y aún sobrevuela el Cóndor de la Transnacional del Crimen que Estados Unidos bendijo y que dejó más 30.000 desaparecidos en Argentina y cifras aún por calcularse en Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay…

Quienes diseñaron la farsa de San Isidro se equivocaron de país, se equivocaron de historia y se equivocaron de cuerpos armados. Por supuesto, también se equivocaron al elegir a sus líderes para el eterno proyecto de destruir a la Revolución cubana. Los seleccionadores y los elegidos carecen de moral para sostener una pelea por el corazón de Cuba.

Por su parte, el Canal de la televisión cubana “Caribe”, ha transmitido un conjunto de material fílmico que vamos a reproducir a continuación:

Cuba ¿Qué pretenden realmente los que realmente protestan en San Isidro? Ver en Youtube.
Presidente de Cuba denuncia shows mediáticos contra la Revolución. Ver en Youtube
Artistas de Cuba dialogan a partir de Protestas en San Isidro. Ver en Youtube
Cuba no le permite a Estados Unidos la injerencia en los asuntos internos. Ver en Youtube
TELECENTRO DE CUBA EN YOUTUBE

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