Guerra y paz: Rusia vs. Ucrania/OTAN. Visiones “actualizadas”.
Por Orestes Martí
Continuamos tratando de dar respuesta a las peticiones de nuestros amables lectores; sin embargo, el entrecomillado en el encabezamiento creo que se explica por si mismo.
Comenzamos con un editorial de la publicación “Liberation”, órgano oficial del PSL norteamericano (obviamente se trata de una traducción puesto que el original está en idioma inglés).
Editorial PSL — Miembro o no, la OTAN más comprometida que nunca con la guerra de poder de Ucrania
“Para tomar un ejemplo evidente: la semana pasada, la administración Biden anunció que proporcionaría bombas de racimo al ejército de Ucrania. Estas armas ilegales están prohibidas por la mayoría de los países del mundo, incluidos los países de la OTAN. El Pentágono espera que estas municiones puedan ayudar a superar la disminución de los suministros de proyectiles de artillería regulares y dar nueva vida a la estancada ofensiva ucraniana que está actualmente en curso. Es una señal de que están comprometidos con la guerra a largo plazo.
“La admisión en la OTAN mientras la guerra está en curso siempre fue muy poco probable. Aunque los militaristas más extremistas querían crear la impresión de que sería posible, esto nunca estuvo sobre la mesa de manera realista debido al artículo 5 de la carta de la alianza. Si cualquier país de la OTAN es atacado, todos los miembros de la OTAN se comprometen a ir a la guerra también. Si la cumbre de la OTAN hubiera decidido admitir a Ucrania, eso sería una declaración de guerra de facto contra Rusia, efectivamente una tercera guerra mundial.
“El hecho de que los líderes de la OTAN no estén dispuestos a dar este paso apocalíptico no debe tomarse como un indicador de que están “perdiendo su determinación” para respaldar a Ucrania, como sugieren algunos de los principales medios. Cada pocos meses, Estados Unidos y sus aliados rompen un nuevo tabú y deciden enviar un nuevo sistema de armas que antes se consideraba fuera de los límites. Antes de las bombas de racimo, fueron los aviones de combate, anunciados pocos días antes de la cumbre del G7 en Japón en mayo. Antes de eso, el anuncio de que las potencias de la OTAN enviarían tanques constituyó la gran escalada, que se produjo varios meses después de la decisión de embarcar el avanzado sistema de misiles HIMARS.
“Y aunque Ucrania no se convirtió formalmente en miembro de la OTAN, todavía se tomaron medidas políticas en la cumbre que hacen más probable un enfrentamiento directo entre los militares occidentales y Rusia. La cumbre formalizó la creación de un “Consejo OTAN-Ucrania” permanente, un organismo permanente que puede ser convocado por cualquiera de las partes en cualquier momento para coordinar asuntos militares. Y la cumbre también tomó la decisión de poner a Ucrania en un camino acelerado hacia la membresía una vez que termine la guerra.
“Si la guerra en Ucrania se convierte o no en un conflicto directo catastrófico entre las dos principales potencias con armas nucleares sigue siendo una pregunta abierta sobre la cabeza de cada persona en el planeta. Y lo que ya sabemos con certeza es que se están desperdiciando enormes sumas de dinero en esta estrategia de guerra de poder. Solo el gobierno de los EE. UU. ha gastado más de $ 100 mil millones, llenando los bolsillos de los ejecutivos de las empresas de fabricación de armas que se enriquecen con la muerte y la destrucción. Los líderes de la OTAN parecen tan decididos como siempre a mantener este suministro interminable de armamentos, independientemente de las consecuencias.
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La Cámara de Representantes de Estados Unidos rechazó una enmienda al presupuesto de defensa que buscaba prohibir el traspaso de bombas de racimo a Ucrania.
Presentada por Marjorie Taylor Greene, miembro de la Cámara por el 14 Distrito de Georgia, la enmienda fue rechazada tras lograr 147 votos a favor y 276 en contra frente, con dos abstenciones.
Greene alegaba que las municiones de racimo matan a civiles y suponen una escalada de la guerra en lugar de la disuasión. Anteriormente, la cámara baja rechazó otra enmienda de Greene, para eliminar del proyecto de ley $300 millones en fondos para Ucrania.
La semana pasada el presidente de EEUU, Joe Biden, anunció que Washington proporcionará bombas de racimo a Ucrania de “forma temporal” mientras la industria estadounidense produce más proyectiles de artillería de 155 mm.
Según fuentes estadounidenses, Ucrania recibirá munición de racimo М864 de 155 mm para artillería, particularmente para los cañones autopropulsados М109 Paladin y obuses remolcados M777.
Los militares norteamericanos afirman que entre el 5 y el 14 por ciento de las municiones de racimo no explota por estar almacenadas durante años, por eso se comportan como minas, lo que amenaza a la población civil incluso después de terminado el conflicto.
Dichas armas están prohibidas por la Convención sobre Municiones de Racimo, ratificada por 123 países.
EEUU, Ucrania, Rusia, China, India, Pakistán, Israel y Corea del Sur, entre otros, no firmaron la convención.
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, denunció que el suministro de municiones de racimo a Ucrania pone en peligro la vida de los civiles y busca alargar la crisis.
El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, dijo el 11 de julio que el ejército ruso se verá obligado a responder con el uso de armas similares si EEUU proporciona bombas de racimo a Ucrania, y que Rusia cuenta con una amplia gama de municiones mucho más eficaces en este sentido.
