Martianos. Hablamos de Historia de Canarias y de América. Ponencia (III)
Por Orestes Martí y Fernando Alemán
“3- CESARINA BENTO MONTESINO (GOMERA, 1844–1910)
“La primera mujer canaria que aparece registrada como poeta en la Literatura de las islas, pero apenas existen datos biográficos sobre ella, es María Joaquina Viera y Clavijo (1736–1819), hermana de José Viera y Clavijo [5].
“Cesarina es, hasta el momento, la única mujer canaria que, en el siglo XIX, en otras latitudes y siendo muy joven, tuvo la oportunidad de dar a conocer sus dotes literarias.
“Lazos de sangre la vinculan con apellidos muy conocidos en Agulo, en La Gomera, fueron sus padres José Ramón Bento y Peraza de Ayala y Josefa Montesino Carrillo.
En Cuba, el doctor gomero Eliseo Bento Montesino era profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana. Y Joaquín Montesino Trujillo era comerciante en Pinar del Río y declarado independentista, por lo que, junto a Martí, sufrió prisión en la cárcel de La Habana.
“En 1854 emigra con sus padres a la perla de las Antillas. Se establecen en Matanzas, llamada esa provincia la “Atenas de Cuba” por el florecimiento que gozaban las artes y las letras en el territorio. El medio le es propicio para despertar el talento poético.
“En el trabajo publicado en internet bajo el título “Constelación de escritoras canarias”, firmado por José Miguel Perera Santana sobre Cesarina, plantea que en Cuba “iba a recibir las enseñanzas del ilustre educador José Cipriano de la Luz y Caballero”. Y en BienMesabe.org, número 473, de 05 de junio de 2013, Jorge Rodríguez Padrón, en el artículo Bento Montesino, Cesarina (1844–1910) plantea “José de la Luz será su mentor y profesor en el colegio El Salvador. A él le dedicó el poema necrológico “Ay, por qué tiembla la mano mía”. Tal información atrae mi atención. Se dedicarán unas líneas para comentarla.
“Este importante educador había sido profesor del prestigioso Seminario de San Carlos y San Ambrosio, donde se formaban los sacerdotes, institución renovadora de saberes por donde entraron las ideas ilustradas y científicas a Cuba de la mano del sacerdote Félix Varela y de otras destacadas figuras de la pedagogía en el país. “Con novedosos métodos, condujeron al alumnado a pensar y no a repetir como papagayos lo que dijeran los textos.
“Enseñaron el valor de erradicar de las mentes la creencia ciega, basada en la fe, y sustituirla por la razón, la fundamentación científica. También formaron patriotas que asumieron cambios en las mentes y en la forma de interpretar y transformar el medio.
“En La Habana, Luz y Caballero trabajó también en el colegio primario San Cristóbal, donde introdujo el método explicativo en la enseñanza primaria, con cuadernos de trabajo para el estudiante y materiales didácticos para los profesores. Fue una forma de romper con los métodos escolásticos de enseñanza desde edades tempranas, porque enseñaba al alumno a pensar,
razonar, analizar, elaborar el conocimiento, preguntar, discrepar.
“En 1848 abrió El Salvador, su propio centro interno de estudios primarios, secundarios y preuniversitarios para varones cuyos padres pertenecían a las clases pudientes. Aplicó todas sus experiencias sobre el método explicativo con sus estudiantes. El método de Luz y Caballero, por novedoso, se extendió por los pocos buenos colegios privados de la isla. Formaba seres pensantes y actuantes que luego aplicarían sus saberes como entes activos de la sociedad.
“En ese centro, con internos de todo el país, solo se aceptaba matrícula masculina. Hasta el momento no he encontrado ninguna referencia a que hubiese matrícula de hembras. Tal vez el que Cesarina le haya dedicado un poema en 1862, fecha en que el sabio cubano fallece, ha hecho pensar en la posibilidad de que fuese su alumna, mas no existe base histórica real que confirme el dato.
“Como se ha visto, Luz y Caballero tuvo toda su trayectoria educacional en La Habana, y la familia de Cesarina vivía en Matanzas, una provincia contigua a la capital, pero a una distancia de unos 104 kilómetros. Ubiquémonos en que estamos en el siglo XIX, en las ideas predominantes en la Cuba colonial sobre la educación de la mujer, en que ella reside en una provincia y Luz y Caballero brinda sus servicios educacionales en la capital.
Cabe preguntarse, en realidad ¿Se conocieron Cesarina y Luz y Caballero? ¿Tuvieron una estrecha relación maestro-alumna? ¿Por qué vía conoció esta niña-adolescente gomera en aquella isla las ideas progresistas del educador cubano? Evidentemente, la prensa llevaba las noticias, los adultos comentaban, ella se informaba ¿Influyeron esas noticias sobre el acontecer diario en su posterior producción literaria y en sus ideas liberales? ¿Recibió información por vía directa en conversaciones con el doctor Eliseo Bento Montesino que era profesor de la Universidad de La Habana? ¿Será Eliseo hermano suyo? ¿Habrá conocido a Luz y Caballero por medio de sus textos, que eran empleados en las escuelas que fueron creadas para la élite femenina en Matanzas? ¿En qué institución privada creada para hembras en Matanzas estudió Cesarina?
“Me inclino a pensar que sus estudios los realizó en Matanzas, en el colegio privado para hembras Santa Teresa de Jesús, abierto en 1847 por el educador defensor del derecho de la mujer a instruirse, Pedro José Guiteras. Siento que sobre Cesarina Bento Montesino todavía quedan incógnitas que motivan a hacer búsquedas en Matanzas y en Agulo. Ojalá esa tarea, que hoy solo es un deseo, se convierta en una investigación que llene tantos espacios vacíos.
“Aunque según sus testimonios comenzó a escribir con anterioridad, a los 18 años, coincide con la muerte de Luz y Caballero, se conocen sus escarceos literarios, en pleno auge del romanticismo. Su paradigma poético era Gertrudis Gómez de Avellaneda, quien luego de estar ausente del país durante 23 años había regresado a Cuba con su esposo en 1859. Tiene Tula una intensa vida social y literaria. Su esposo fallece en 1863 y ella regresa a Madrid en 1864. Muere Tula en 1873.
“Cesarina la admira e intenta ser su émula. Pero no creo que llegaran a conocerse. Ya Tula tenía un nombre hecho en las letras nacionales e internacionales, y vivía en España o en Camagüey. Cesarina, asidua lectora, era una joven principiante en el difícil mundo de las letras.
“Con estos y otros antecedentes, en que declara que se aburre, que no tiene vida social, en que parece haber sufrido una decepción amorosa de juventud, su temperamento la lleva a escribir con melancolía, sobre temáticas que reflejen sus estados de ánimo. En tales circunstancias, la noticia de la muerte de Luz y
Caballero es una fuerte inspiración. Cesarina escribe el poema necrológico que le dedica a Luz, en 22 de junio de 1862. Saquemos nuestras propias conclusiones. Pero, si analizamos el poema en su integralidad, aunque ella declara el sufrimiento que tal pérdida le provoca, llama a llorar por el Maestro fallecido a los cubanos, a los discípulos, al mundo todo. Eso no es documento probatorio de que ella fuera su discípula sino su vehemente admiradora. La historia es eso, historia. Y la literatura, y la poesía, pueden recrearla.
“¡Ay! ¿Por qué tiembla la mano mía,
y amargo llanto mi rostro inunda?
¿Por qué se turba mi dulce calma
y el pecho siente pena profunda?
De nuevo impía la muerte dura
sabia cabeza troncha furiosa
por siempre oculta en tumba fría
la luz brillante de Cuba hermosa.
Ha muerto el sabio y noble maestro.
Luz Caballero no existe ya.
Llorad cubanos, llorad discípulos,
al que en la tumba dormido está.
Justo es el llanto que se derrama,
la que sentimos es justa pena
porque es muy justo llorar al sabio,
y, más que todo, al alma buena.
Su cuerpo ha muerto pero su nombre
en cada pecho se halla grabado
y en tanto exista mi alma noble
repetiralo entusiasmado.
En sus acciones y en sus obras
y en el pecho de los cubanos
Luz Caballero vivirá siempre
siendo modelo del linaje humano.
Pero, no obstante, que allá en la gloria
la paz y dicha goza su alma
y el ser justo su virtud premia
dando a su frente divina palma.
Llorad, debemos porque se ha ido
y su voz nunca se oirá.
Llorad cubanos, llorad discípulos
y mundo todo, llorad, llorad.[6]
“En Cárdenas, donde vivía, desde muy joven tuvo sus primeras inspiraciones literarias: poemas en que habla de su querida Gomera natal, y también aborda la temática cubana, pero serán estos primeros principios los que, ya de regreso a Agulo, darán forma definitiva a su poética.
“Aunque en su diario plantea que en Cuba escribió varios libros, (inéditos), y en Canarias desde 1940 Sebastián Padrón Acosta la dio a conocer con su trabajo Musa isleña, y La Colección Voces de la Gomera publicó varios trabajos de su autoría, Elías Mujica García le publicó El asesino condenado a muerte[7] en
Canarias, su obra es poco conocida.
“Sus poemas son vivo reflejo de su ser interior, en ellos está latente una profunda sensibilidad, reflejan la soledad, tal vez es el sentimiento de vacío que siente el emigrante.
“En su epistolario, sobre todo cartas enviadas a su hermano, trasciende la marca que han dejado en ella el paisaje, el clima y la vida en Cuba.
“En 1863 la familia regresa a España y en 1870 se establecen de nuevo en La Gomera. Se casa con su primo Leoncio. Tienen descendencia. Aquí fallece.
Esta es la autovaloración sobre su obra: “no soy escritora, veo el mundo en novelas francesas que odia mi corazón español. No conozco el mundo, sólo escribo de mí misma; no tengo más lectores que yo misma, me dejo guiar por la corriente que me inspira [8].
“A pesar de sus palabras, tiene el mérito de haber escrito poesía inspirada en su yo interior, sin dejarse influir por corrientes foráneas, y es poesía nacida en Cuba que rinde honores a la Gomera natal.
Tiene el mérito de ser la primera mujer canaria en dejar su inspiración isleña allende el océano.
Notas
[5] https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Joaquina_de_Viera_y_Clavijo
[6] Tomado de internet. Constelación de escritoras canarias. Artículo de José Miguel Perera Santana.
[7] Jorge Rodríguez Padrón. Bento Montesinos, Cesarina (1844–1910). Tomado de internet. BienMesabe.org. Revista
945. Publicado en el Nro. 473 del miércoles 5 de junio de 2013
[8] Idem
Información relacionada:
√ La obra poetica de Cesarina Bento Montesinos, (Agulo 1844–1910)
√ Mujeres Ilustres de La Gomera I. Cesarina Bento Montesinos