Participación del Dr. Humberto Vázquez en el Programa televisivo “Guerra biológica contra Cuba”.
(acceder al Programa completo -en el Canal de MEDIPUB en TELEGRAM- en formato .pdf)
Randy Alonso.- También la agricultura, los cultivos han sufrido con intensidad la agresión biológica de Estados Unidos contra nuestro país, y nuestro pueblo recuerda muchas de las epifitias, de las plagas que han colmado nuestros cultivos, sobre todo en los momentos en que más producción se había logrado en muchos de ellos. El compañero Humberto nos pudiera acerca a la historia, a lo que ha pasado en estos 42 años con las plagas introducidas en nuestro país desde Estados Unidos.
Humberto Vázquez.- Sí, Randy. En el entorno del reino vegetal, como quedó demostrado en la Demanda del Pueblo de Cuba y que todo nuestro pueblo conoció, existe una larga lista de reportes de plagas y enfermedades exóticas en las plantas que antes de su aparición no existían en nuestro país, y algunas ni en nuestra región geográfica.
Para que se tenga una idea, desde 1978 y hasta 1996 se detectaron cinco afectaciones, o sea, cinco entidades exóticas en 18 años, una cada 1 315 días. Desde 1997 y hasta 1999 se detectan ocho afectaciones, o sea, ocho entidades exóticas en tres años, una cada 137 días. Todo esto para el país, que ha tenido que enfrentarlo, ha causado un impacto económico.
El país en el enfrentamiento a ello ha gastado la enorme cifra de 2 158 millones de dólares, con gastos adicionales cada uno de los años, en el orden de los 59 millones de dólares. Si este dinero hubiéramos podido invertirlo en el propio desarrollo de la agricultura, en el desarrollo de la medicina o en el desarrollo de obras sociales para nuestro país, realmente hubiese sido muy favorable para nuestro pueblo.
Se pudiera preguntar qué aval científico, qué aval de trabajo tiene nuestro país para poder detectar, enfrentar todos estos problemas, y yo diría que lo primero es la creación, el constante fortalecimiento y la existencia de un Sistema Estatal de Protección de Plantas, desarrollado por nuestra Revolución. Te puedo decir que cuenta con un Centro Nacional de Sanidad Vegetal como actividad rectora, el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, el Laboratorio Central de Cuarentena Vegetal, 15 direcciones provinciales, 14 laboratorios provinciales, 67 estaciones territoriales de protección de plantas, un centro de referencia y 19 puntos de fronteras.
Hoy contamos con 5 819 personas, técnicos, en una composición de 2 254 profesionales, 3 051 técnicos medio, 514 obreros calificados, y hay que decir que el 71% están directamente en las unidades de producción. Y como algo más todavía, nuestro sistema cuenta con 7 018 activistas fitosanitarios. Esto es un movimiento popular que sin dudas nos ha fortalecido. Puedo decirte también lo siguiente: Cuando conversamos con visitas que hemos tenido de otros países, nos han dicho: Tienen un sistema realmente muy grande, muy dimensionado; pero no hay país en el mundo que haya tenido que soportar esta presión de agresiones biológicas.
Como segundo aspecto te puedo decir que todo el apoyo que tiene este sistema desde el punto de vista científico, donde participa el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, el INCA, el Instituto de Investigaciones de Cítricos y Frutales, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el Instituto de Biotecnología de las Plantas, el Instituto de Investigaciones “Liliana Dimitrova”, el Instituto de Investigaciones del Arroz, el INIFAT y otros del Ministerio de la Agricultura, del MES, del CITMA y del Polo Científico, todos creados y desarrollados por nuestra Revolución.
Como tercer aspecto está el sistema de trabajo por programas de defensa de los cultivos y para la prevención de la entrada de plagas y enfermedades exóticas. Finalmente el sistema de vigilancia fitosanitaria por cada una de las zonas geográficas que tiene nuestro país, que nos garantiza una cobertura territorial de vigilancia. Todo esto nos permite conocer, de forma exhaustiva, la situación fitosatinaria del país en cualquier momento.
Por supuesto, sabemos que algunas de estas plagas y enfermedades exóticas, por sus características: sus hábitos de vida, su alimentación, su modo de transportarse, etcétera, pueden haber sido introducidas por vías naturales; en cambio, hay otras cuya aparición en el país no responden a ningún tipo de patrón de distribución natural.
Randy Alonso.- ¿Cuáles serían esas que tenemos comprobadas, Doctor?
Humberto Vázquez.- Es el caso de la broca del café, que aparece en la región oriental, prácticamente podemos decir que en el centro del macizo montañoso de la Sierra Maestra; el Thrips palmi, que, como conoce nuestro pueblo, se ha dicho como ha sido su introducción; el ácaro del arroz, que es una plaga que no es ni de dentro de nuestro entorno y reportada por el ACE, sin embargo, aparece en nuestro país precisamente en una finca de semillas donde se produce la semilla básica para el desarrollo del cultivo del arroz, de donde se toma esa semilla para llevarla a las grandes plantaciones. Y, como bien tú ahorita decías, todo esto coincide en momentos en que el país enfrenta programas de desarrollo para mejorar la alimentación.
Estamos convencidos, Randy, de que no hay duda de que las agresiones biológicas al país han estado y están presentes.
Randy Alonso.- Usted decía un dato muy interesante que son los más de 2 000 millones de dólares que el país ha tenido que dedicar para poder enfrentar estas agresiones biológicas, sobre todo cuando nos hemos tenido que enfrentar a la falta de fertilizantes, a la falta de combustible para el propio desarrollo de la agricultura cubana, y no hemos podido desarrollarnos más, porque hay que dedicar una buena parte de los recursos a enfrentar esas plagas que han sido deliberadamente introducidas en nuestro país y que, sin duda, afectan esa producción agrícola en beneficio popular. Pero usted hablaba de una de las últimas agresiones, si no la última que hemos conocido en el campo de la agresión en los cultivos, que es el tema del Thrips palmi, y la periodista Gladys Rubio nos hizo un recuento de cómo fue introducido en nuestro país.
Comentarista.- 21 de octubre de 1996, 10:08 de la mañana, una aeronave de fumigación modelo S2R, con matrícula N-3093M del Registro de Aeronaves Civiles de Estados Unidos, operada por el Departamento de Estado de ese país, volaba sobre tierras cubanas, de norte a sur, rociando de manera intermitente, unas siete veces, sustancias desconocidas.
Este hecho es detectado en ese momento por los tripulantes del vuelo regular de Cubana de Aviación CU-710, que a bordo de una aeronave Fokker-27 que cubría el itinerario La Habana-Las Tunas, sobrevolaba el corredor aéreo Girón en la región occidental de Cuba.
Tripulante.- Buscamos el avión y lo vimos, entonces de manera intermitente empezó a descargar aquello, el líquido ese que tiró; entonces pasó delante de nosotros tirándolo, lo hizo como en siete u ocho ocasiones.
Gladys Rubio.- ¿Desde qué zona del avión norteamericano usted vio salir la sustancia o producto desconocido?
Tripulante.- De abajo, de abajo, era un avión del equipo de fumigar.
Periodista.- ¿En algún momento podría ser humo lo que usted vio?
Tripulante.- No considero que haya sido humo, la impresión que tengo es que haya sido líquido, porque incluso el sol descompuso la… Entonces, aparte del líquido que se vio salir, se vio el tornasolado ese de cuando los rayos del sol se descomponen con el líquido.
Comentarista.- Al informar el piloto de Cubana de inmediato al control de vuelo sobre la liberación de sustancias desconocidas, el controlador de vuelo cubano establece comunicación con la aeronave norteamericana y pregunta si presenta algún problema técnico, a lo que el piloto responde que no. Esta conversación está grabada. 18 de diciembre 1996. Aparecen en la provincia de Matanzas los primeros indicios de la presencia de una plaga Thrips sobre cultivos de papa, lo cual se confirma tras minuciosos estudios realizados en el laboratorio central de cuarentena.
El Thrips palmi fue detectado en Asia en 1925, por naturaleza es muy resistente a los insecticidas químicos, le favorecen las altas temperaturas y la sequía. Por estas características, por su rápida multiplicación y porque ocasiona en poco tiempo grandes daños en los cultivos, está en la lista de insectos aptos para ser utilizados como instrumentos de lucha biológica.