Pueblos. Canarias: Algunas notas recogidas en una “Ponencia”
Por Orestes Martí
A mis manos ha llegado un documento de la categoría descrita en el título, cuyo autor -el activista social Manuel Rodríguez Hernández- elaboró en 2023–07–21. bajo el título “Ponencia Movimientos Sociales” y de la cuál extraigo algunas notas que he considerado interesante compartir con nuestros amables lectores.
“Preámbulo:
“Esta ponencia la realizo, desde mi experiencia y vivencias personales como activista social y político, haciendo mención a muchos movimientos sociales en los que he participado (desde mi juventud a la actualidad), que no serán los únicos ni los más importantes que han habido en Canarias. Si hago mención a alguno es porque he participado, si omito a otros que se han desarrollado en la provincia de Santa Cruz de Tenerife lo es por desconocimiento.
“Aunque hago alguna mención al movimiento obrero y movimiento feminista, no los abordo, porque serán motivo de dos ponencias específicas……
“Los Movimientos Sociales (MS), son organizaciones que se manifiestan de diversas formas, en las calles, para conseguir sus objetivos de transformación social y derechos (a corto, medio o largo plazo). Sus manifestaciones expresan una voluntad colectiva y consciente de actuar en el proceso de cambios. Por tanto, suponen la preexistencia de un conflicto real, conciencia colectiva del problema y tensiones para tratar de resolverlo, que permite hacer visible la situación, las posturas encontradas, la acción colectiva y la confrontación con el sistema.
“En pocas ocasiones, los movimientos sociales se pueden poner del lado de las instituciones, si desde ellas se alinean con los fines de dichos MS. Por lo tanto, los MS juegan un papel vital transformador, muy importante, en las sociedades poco democráticas, son organizaciones que impulsan los cambios necesarios para mejorar las condiciones de vida y las libertades.
“Los movimientos sociales juegan un papel importantísimo, porque representan demandas y aspiraciones de importantes sectores de la sociedad, que son difíciles de discutir o negar.
“Entre los MS que luchan por mejores condiciones de vida, una sociedad más justa y con derechos, tendremos en cuenta al movimiento obrero, el movimiento feminista, el movimiento vecinal, movimiento pacifista, antirracistas, de solidaridad internacional, ecologistas, antidesahucios, pensionistas,etc.
“Numerosas asociaciones tienen su origen en MS concretos, que han cuajado, primero, en una asociación informal en el proceso de estabilización del movimiento y terminan formalizando la entidad, con el registro de la asociación.
“Los “foros”, “plataformas”, “coordinadoras, federaciones”… se crean como colectivos de personas y/o espacio de encuentro de diferentes entidades. Pueden estar constituidos formalmente y registrados o no.
“Si nos remontamos al tardío-franquismo y al “advenimiento democrático”, podemos establecer varios periodos para referirnos a los MS. (y para entender cómo el sistema ha combatido los MS)
“Primer periodo, que podríamos llamar de transición democrática (desde los últimos años de La Dictadura a principios de los 80):
“Las carencias de infraestructuras y servicios en la inmensa mayoría de los barrios populares de toda España unido a los anhelos de libertades políticas, llevó a la formación de asociaciones vecinales (que fueron desplazando las asociaciones de cabezas de familia franquistas), para incorporar a las mujeres y la juventud en la reivindicación social, en la mejora de infraestructuras y servicios esenciales, libertades políticas, cultura, ocio…
“En cada barrio se formaba una única asociación de vecinos (AV), unitaria, que cohesionada al tejido social en torno a reivindicaciones concretas y en lo que, los y las comunistas llamábamos “lucha por el salario indirecto”.
“En la práctica, eran movimientos sociales transformadores y cohesionados. Dentro de las asociaciones de vecinos era frecuente la existencia de grupos de jóvenes, de mujeres, musicales, teatrales, de organización de fiestas, … Muchas Asociaciones de Padres de Alumnos (A.P.A.) fueron promovidas desde el movimiento vecinal. También muchos “clubes juveniles” fueron promovidos desde las A.V. y bajo el amparo de estas, para estar dentro de la legalidad franquista.
“No podemos obviar que los salones parroquiales de muchas iglesias católicas formaron puntos de encuentro de diversos colectivos vecinales y promotores asociativos que contribuyeron, junto con las AV a dar identidad, a construir la historia de tantos barrios periféricos y a rescatar, la de muchos pueblos de todo el Archipiélago.
“En este periodo estaban claramente establecidos los ámbitos institucionales y los del movimiento social, se separaba de forma nítida el papel de cada cual. La confrontación era frecuente y los logros fortalecieron, enormemente, al movimiento vecinal. Se supo construir buenas relaciones vecinales en base a problemas concretos, de donde surgieron buenas organizaciones populares que dieron sus frutos. Y en muchos barrios se supo construir una identidad propia de cada barrio en función de las actividades extras, capaces de realizar (fiestas patronales, cooperativas de consumo, locales sociales propios, agrupaciones musicales, actividades culturales…) El MV supo articular las reivindicaciones concretas de los barrios con las aspiraciones o necesidades encubiertas de cultura y ocio, etc.
“A todas estas, hay que unir la acogida mediática que tenían las reivindicaciones y el activismo del movimiento vecinal. En esos momentos, la prensa estaba ávida de noticias. Ante el aperturismo de las libertades de prensa, con frecuencia encontraba un enorme campo abonado en los barrios organizados…
“Tras 40 años de franquismo, muchos barrios anhelaban tener todo tipo de infraestructuras, de las que carecían (saneamiento, agua de abasto, apertura de calles, electrificación, alumbrado público, centros de salud, consultorios, construcción de escuelas).
“Los primeros ayuntamientos democráticos se vieron desbordados y condicionados porque la escasez de presupuesto contrastaba con una gran demanda vecinal, organizada. Situación que permitió a muchos barrios la organización de los vecinos en torno al trabajo comunitario para acelerar la ejecución de determinadas obras y disponer de servicios básicos, en tiempo récord. Era muy extraño, en los barrios periféricos y pueblos, el vecino que se quedaba fuera de la organización, porque todos querían en sus casas el agua de abasto, el saneamiento, el asfalto, la energía eléctrica, que en el pueblo hubiera un médico, una escuela digna, una cancha deportiva…
“En Gran Canaria, el sector de la aparcería venía organizándose desde 1970. Se comenzó con conflictos colectivos en julio-agosto de 1978 y agosto-septiembre de 1979 (el 1 de septiembre tuvo lugar una gran manifestación de aparceros en Las Palmas). Continuó con diversas movilizaciones contra determinadas empresas exigiendo el pago de las liquidaciones: huelga del sector de la aparcería del pepino (enero de 1979), protestas ante las empresas Bonny (junio de 1980) y Báez-Apolinario (diciembre de 1989). Pero, sobre todo, las cuatro huelgas generales de la aparcería que tuvieron lugar entre 1980 y 1983: huelga general de la aparcería de agosto de 1980, huelga general de la aparcería del 3 al 28 de agosto de 1981 (con enfrentamientos, detenciones y heridos), huelga general de la aparcería de febrero de 1982 y huelga general de la aparcería de enero de 1983 (también con enfrentamientos, detenciones y heridos).
“Las autoridades, la patronal y el sindicalismo que ya había empezado a reformarse, observaban que el movimiento aparcero estaba adquiriendo tintes revolucionarios. Entonces se rescató la solución de la cooperativa y de algún reparto de tierras”. (Recogido en: Algunos apuntes sobre la cuestión agraria en Canarias durante el tardofranquismo y la transición: Las luchas aparceras en Gran Canaria. Au. Víctor Onésimo Martín Martín y col).
“Tales actuaciones avaladas por el primer Gobierno de Canarias, desmantelaron las protestas sociales, adquiriendo tierras al Conde de la Vega Grande, para repartirlas entre familias aparceras, quienes crearían cooperativas en momentos de crisis del sector.
“El 7 de enero de 1977 se funda el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC), contrario al servicio militar obligatorio, que en Canarias tuvo una notoria presencia. Lo que supone encarcelamientos de objetores y aunque la nueva Constitución recogió el derecho a la Objeción de Conciencia, hasta 1984 no se regula. El resultado de la regulación con la Prestación Social Sustitutoria (PSS) será rechazada por el MOC inmediatamente por considerar que supone un castigo y un reforzamiento del sistema militar. En 1986 (año del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN) adopta la llamada “objeción total” o insumisión, rechazando la amnistía para quienes se acogieran a la PSS, denunciando a las entidades que colaboraban acogiendo prestacionistas, y negándose nuevamente a incorporar a filas. La Fiscalía General paralizará las órdenes de prisión por el “escándalo social” desatado. El 20 de febrero de 1989 se lanza la campaña Insumisión en clave estatal. La avalancha de desobedientes provocó en 1991 pasar los casos a la jurisdicción civil para evitar que el Ejército estuviese cuestionado por la opinión pública. Ante la imposibilidad de encarcelar a todos los insumisos, desbordados los sucesivos Gobiernos, se recurre a la “represión selectiva”, lo que también se denominó “lotería de condenas”. Tampoco esto paró a los desobedientes.
“En 1996 se suprime el Servicio Militar Obligatorio, aunque la conscripción (voluntaria) no desaparecerá hasta 2001. Será entonces cuando el MOC lance la estrategia de “Insumisión en los cuarteles”, por la cual los reclutados entraban al cuartel pero desertaban inmediatamente, siendo juzgados así por un tribunal militar y devolviendo el foco mediático a esta institución. Se enfrentaban a la llamada “muerte civil”, es decir, inhabilitaciones de hasta 14 años para optar a ayudas públicas, ocupar puestos en las Administraciones del Estado, etc.
“La presión de centenares de jóvenes encarcelados o en rebeldía logró que el año 2000 se aprobase la profesionalización del ejército. En 2001 la “mili” se suspendió sine die.”
Notas:
Un movimiento social es un grupo no formal de individuos u organizaciones que tiene como finalidad el cambio social. Durante el siglo XIX, el concepto de movimiento social estaba ligado a un tipo de cambio social particular y a un fin específico, así como a una identidad en concreto y a un grupo social particular.
El origen del término se le atribuye al sociólogo alemán Lorenz von Stein (1815–1890), en su trabajo de 1850 Historia de los movimientos sociales franceses desde 1789 hasta el presente, en donde los define como una agrupación de sectores sociales para alcanzar una cierta influencia colectiva sobre el Estado.
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