Pueblos: Indígenas
Por Orestes Martí
Según Wikipedia: “En sentido amplio, el término indígena se aplica a todo aquello que es relativo a una población originaria del territorio que habita, cuyo establecimiento en él precede al de otras etnias o cuya presencia es lo suficientemente prolongada y estable como para tenerla por oriunda”.
En relación con este tema y el más que controvertido “descubrimiento” -para unos -“encuentro entre culturas”- para otros -”invasión y genocidio”- para no pocos…. en fin que hoy domingo vamos a compartir el interesante trabajo de Historiador y analista ecuatoriano Juan J. Paz y Miño Cepeda*, -colaborador de Prensa Latina-titulado «Indígenas en América y Europa»
“Quito (Prensa Latina) En 1992, con motivo de la conmemoración de los 500 años del “descubrimiento” de América por las grandes monarquías de Europa, se produjo un amplio y generalizado debate sobre los procesos de conquista y colonización en el continente.
“El mundo de la historia contada
“En aquellos momentos también se intentó “suavizar” conceptos y realidades, y se habló de “encuentro de dos mundos”. Pero existe una amplísima bibliografía que permite conocer y comprender el significado histórico de los acontecimientos del pasado.
“Hace dos décadas se publicó en España una fabulosa colección de 53 obras de las “Crónicas de América”, en la cual autores como Cristóbal Colón, Hernán Cortés o Pedro de Cieza de León y tantos otros cronistas y relatores del siglo XVI, dan cuenta del proceso de conquista y describen la vida de los “indios” en todo el continente. Un libro extraordinario, El primer Nueva corónica y buen gobierno de Guamán Poma de Ayala (del que más se conocen sus famosos dibujos), posiblemente fue escrito a inicios del siglo XVII, pero el manuscrito fue descubierto en 1909 y recién publicado en 1936. Esta obra transformó los conocimientos sobre el imperio de los Incas. Imposible dejar de nombrar a fray Bartolomé de las Casas y sus dos obras fundamentales: Brevísima relación de la destrucción de las Indias y la Historia de las Indias, de mediados del siglo XVI, que describen las atrocidades de la conquista y la colonización sobre los indios.
“Saltando distancias, hay una pléyade de investigadores sobre el mundo indígena de la época de la conquista. Nathan Wachtel, en Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española (1530–1570) destacó cómo la cultura de los Incas, tan diferente a la de los “blancos” conquistadores, fue determinante en su propia derrota. El mexicano Miguel León Portilla, en Visión de los Vencidos. Relaciones Indígenas de la Conquista, puso en claro lo que ocurrió en el pueblo Azteca. En la gran lista de estudiosos, al menos citaré a John V. Murra o a Waldemar Espinoza Soriano en sus trabajos sobre los Incas, o a Alberto Ruz Lhuillier sobre los Mayas y a Josefina Oliva de Coll en La resistencia indígena ante la conquista. Jorge Juan y Antonio de Ulloa dejaron, en sus Noticias secretas de América (1735), una detallada relación sobre las realidades del coloniaje en lo que hoy constituyen las repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú. Pero también cabría nombrar a Jacques Lafaye, quien en Los conquistadores, trazó la visión que, en el otro extremo, tuvo el conjunto de aquellos aventureros al llegar a tierras indígenas, en las que creían no solo cumplir una misión divina sino reeditar el proceso de la Reconquista contra los “moros” en España.
“Existe, por tanto, contundente bibliografía histórica para entender, sin lugar a duda ni titubeos, que la conquista fue un proceso sangriento de sometimiento y destrucción sobre las poblaciones indígenas de América. Y para comprender, además, que para América Latina el coloniaje marcó las bases del “proceso de acumulación primitiva de capitales”, estudiado por K. Marx en El Capital, y que fuera tan beneficioso para Europa, así como también marcó el subdesarrollo de la región, del cual aún no se logra desprender.
“El nuevo relato
“En una nueva era de redefinición de las relaciones internacionales como la que vivimos en el presente y en la cual ha comenzado el quiebre histórico de la hegemonía de Estados Unidos/Europa, nuevamente se acude a revisar la historia para ofrecer otros enfoques que salven la situación tradicional. De la mano de académicos y políticos identificados con las derechas, tanto en España (y Portugal) como entre los autodenominados “hispanistas” de América Latina, han aparecido posiciones y estudios que identifican a los conquistadores como “libertadores” de pueblos, porque a ellos se unieron sectores de las noblezas Aztecas o Incas y miles de indígenas que tenían múltiples razones para levantarse contra las capas dominantes internas. Pero también reivindican una “comunidad hispánica”, bajo la idea de que nunca existió coloniaje, pues estas tierras americanas eran provincias de la Madre Patria, que ejerció una acción benéfica (https://rb.gy/vm6sh). Tratan de negar procesos que no fueron “leyenda negra”, sino realidades demostradas desde los escritos del siglo XVI.
“En otro reciente estudio, destacado por agencias internacionales de prensa, acogido como novedad atrayente para la renovación histórica y titulado El descubrimiento de Europa. Indígenas y mestizos en el Viejo Mundo (https://rb.gy/p6nfk), Esteban Mira Caballos pormenoriza, con lujo de fuentes, cómo fue la llegada de los primeros indígenas a España (llevados inicialmente como esclavos); sigue, además, las huellas de antiguos nobles indígenas que lograron trasladarse a España, y estudia las migraciones indígenas (también de mestizos), que crearon espacios propios de vida y acción. Sin duda, apunta a resaltar los aportes socioculturales que los indígenas lograron introducir en tierras tan lejanas y que los propios europeos no suelen creer y menos admitir.
“Entre sus varias obras, Mira Caballos tiene un libro anterior: Conquista y destrucción de las Indias, 1492–1573, en el cual reconoce la naturaleza brutal y destructora de la conquista. Pero, a propósito de su reciente libro, este historiador no ha dejado de añadir cierta inclinación “europeizante” y llega a afirmar que la conquista, en definitiva, no fue tal, sino un proceso en el que el 95 por ciento de los “conquistadores” eran indígenas (https://rb.gy/gh3al); señala las alianzas de muchos nobles con los españoles, así como observa antiguos curacas/caciques convertidos en dominadores de sus propios pueblos. A propósito de estas afirmaciones, claro que es conocida la alianza que trabaron poblaciones indígenas enteras para apoyar a los blancos conquistadores y para tratar de obtener ventajas de ello. Pero eso no les convierte en “conquistadores” que tuvieran en mente la conquista de esencia colonialista que portaban los blancos españoles/ europeos al servir de instrumentos de la avanzada mercantilista, en plena era capitalista.
“De modo que las nuevas formas europeizantes de concebir la conquista y el coloniaje tratan de minimizar el carácter brutal y destructor que tuvo el proceso de conquista en América Latina y buscan encontrar una comunidad internacional entre iguales, cuando lo cierto es que desde la época colonial hasta el presente, es una realidad incontrastable la diferenciación marcada entre el norte dominante y el sur global dependiente y dominado por potencias capitalistas centrales, que aprovecharon del antiguo colonialismo para forjar su propia vía de desarrollo, del que fueron apartados los países latinoamericanos.
(Tomado de Firmas Selectas)
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La historia que duele
“En Argentina, como en toda América, los indios fueron los primeros desaparecidos. Desaparecieron antes de aparecer. El general Roca llamó conquista del desierto a su invasión de las tierras indígenas. La Patagonia era un espacio vacío, un reino de la nada, habitado por nadie.”
Twitter:
Cecilia Verónica Heyder
@ceciliaheyder
12 DE OCTUBRE, EL “DESCUBRIMIENTO” DE AMÉRICA Y LA HISTORIA OFICIAL
Por Eduardo Galeano.
Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos?
¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América? ¿Hernán Cortés, Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos?
Nos han dicho, y nos siguen diciendo, que los peregrinos del Mayflower fueron a poblar América. ¿América estaba vacía?
Como Colón no entendía lo que decían, creyó que no sabían hablar.
Como andaban desnudos, eran mansos y daban todo a cambio de nada, creyó que no eran gentes de razón.
Y como estaba seguro de haber entrado al Oriente por la puerta de atrás, creyó que eran indios de la India.
Después, durante su segundo viaje, el almirante dictó un acta estableciendo que Cuba era parte del Asia.
El documento del 14 de junio de 1494 dejó constancia de que los tripulantes de sus tres naves lo reconocían así; y a quien dijera lo contrario se le darían cien azotes, 👇
Se le cobraría una pena de diez mil maravedíes y se le cortaría la lengua.
El notario, Hernán Pérez de Luna, dio fe.
Y al pie firmaron los marinos que sabían firmar.
Los conquistadores exigían que América fuera lo que no era. No veían lo que veían, sino lo que querían ver: la fuente de la juventud, la ciudad del oro, el reino de las esmeraldas, el país de la canela.
Y retrataron a los americanos tal como antes habían imaginado a los paganos de Oriente.
Cristóbal Colón vio en las costas de Cuba sirenas con caras de hombre y plumas de gallo, y supo que no lejos de allí los hombres y las mujeres tenían rabos.
En la Guayana, según sir Walter Raleigh, había gente con los ojos en los hombros y la boca en el pecho.
En Venezuela, según fray Pedro Simón, había indios de orejas tan grandes que las arrastraban por los suelos.
En el río Amazonas, según Cristóbal de Acuña, los nativos tenían los pies al revés, con los talones adelante y los dedos atrás, y según Pedro Martín de Anglería las mujeres se mutilaban un seno para el mejor disparo de sus flechas.
Anglería, que escribió la primera historia de América pero nunca estuvo allí, afirmó también que en el Nuevo Mundo había gente con rabos, como había contado Colón, y sus rabos eran tan largos que sólo podían sentarse en asientos con agujeros.
El Código Negro prohibía la tortura de los esclavos en las colonias francesas. Pero no era por torturar, sino por educar, que los amos azotaban a sus negros y cuando huían les cortaban los tendones
Eran conmovedoras las leyes de Indias, que protegían a los indios en las colonias españolas. Pero más conmovedoras eran picota y la horca clavadas en el centro de cada Plaza Mayor.
Muy convincente resultaba la lectura del Requerimiento, que en vísperas del asalto a cada aldea explicaba a los indios que Dios había venido al mundo y que había dejado en su lugar a San Pedro y que San Pedro tenía por sucesor al Santo Padre y que el Santo Padre había hecho merced a la reina de Castilla de toda esta tierra y que por eso debían irse de aquí o pagar tributo en oro y que en caso de negativa o demora se les haría la guerra y ellos serían convertidos en esclavos y también sus mujeres y sus hijos.
Pero este Requerimiento de obediencia se leía en el monte, en plena noche, en lengua castellana y sin intérprete, en presencia del notario y de ningún indio, porque los indios dormían, a algunas leguas de distancia, y no tenían la menor idea de lo que se les venía encima.