Red Social Integrada (RSI) Martianos. PRIM: un Proyecto que no muere
(XII)
Por Orestes Martí y Fernando Alemán.
Entre los principales objetivos estratégicos del Proyecto Ruta Internacional Martiana (PRIM) se encuentra la “Recuperación de la Memoria” y muy especialmente aquellos hechos que históricamente más influyeron en el establecimiento de los lazos que unen a los pueblos de los archipiélagos canario y cubano.
En el proceso de búsqueda informativa previa llevada a cabo, un documento que se encontró — muy relacionado con tales objetivos (1)— , lo vamos a compartir a continuación:
“La enorme vinculación que siempre ha existido entre Cuba y el Archipiélago canario es una realidad que a nadie se le escapa. La isla caribeña fue el destino elegido por muchos canarios al cruzar el charco en busca de fortunas con las que salir de la pobreza que les embargaba. Muchos de ellos tuvieron un papel importante en la Guerra de la Independencia, pero no en el bando español, sino dentro del Ejército mambí.
“La revista cubana Bohemia en un reciente ejemplar, dedicó un amplio reportaje a recordar el importante papel que los isleños tuvieron en la guerra que en 1898 acabó con la independencia de Cuba.
“Esta publicación cubana destaca el carácter luchador e íntegro de los canarios desde su llegada a Cuba. «Desde fechas inaugurales, el pequeño agricultor canario peleó contra las mandíbulas del latifundio ganadero o azucarero que pretendían desalojarlo para explayarse o arrebatarle el patrimonio del tabaco». Afirma también que el canario luchó «durante todo el periodo colonial contra reducto tabacalero». Esta publicación cuenta que desde 1720 fueron muchos los episodios de rebeldía contra la metrópolis que protagonizaron los canarios. Relata entre otros hechos el movimiento rebelde protagonizado por vegueros del sur de La Habana, que se saldó con 12 ahorcados en el camino de Jesús del Monte, «poblado canario desde su fundación» .
José Martí, el gran héroe cubano del movimiento independentista, se refería así a la participación canaria en los movimientos insurrectos: «¿Quién, que peleó en Cuba, dondequiera que pelease, no recuerda a un héroe isleño?». En otro de sus escritos valora a los canarios residentes en Cuba de la siguiente forma: «No hay valla al valor del isleño, ni a su fidelidad, ni a su constancia, cuando siente en su misma persona, o en los que ama, maltratada la justicia ( . . .)» . ¿Cuántos canarios tomaron parte en la Guerra de la Independencia cubana, desde las primeras escaramuzas, allá por 1868, en el bando rebelde? La revista Bohemia reconoce que es muy difícil dar una cifra al respecto, pero afirma que se ha podido averiguar que un 43,2% de los españoles caídos en las filas insurrectas eran de origen canario. Éstos, en algunos casos, no sólo tomaron parte en la contienda como simples soldados, sino que incluso alcanzaron altos cargos dentro del escalafón militar de la milicia insurrecta. Uno de ellos fue el tinerfeño Manuel Suárez Delgado, que fue general del Ejército mambí. Sobre la vida de este soldado se tienen pocos datos. Incluso los historiadores no tienen clara la fecha de su nacimiento. Bohemia alude a las averiguaciones realizadas por José Quintas, un investigador que ha intentado conocer cómo fue la vida de este partícipe de la independencia cubana. Cuenta que sirvió en Marruecos y que durante la década de los 60 fue enviado a Cuba, lugar en el que dejó la carrera militar. Se vinculó a los jóvenes contestatarios de la Acera del Louvre, «sitio céntrico de La Habana en el que confluían las aspiraciones e inconformidades políticas y sociales de la juventud radical y beligerante». En 1868 emigró a Estados Unidos, país en el que se incorporó a las huestes de Céspedes. Un año después regresó a Cuba, con un cargamento de 2.340 fusiles Springfield y municiones. Suárez mandaba la compañía llamada Rifleros de la Libertad. Formó parte de las fuerzas del mayor general Ignacio Agramonte. Intervino en las batallas de La Sacra, Palo Seco y Las Guásimas.
«Pasivo» final
“Entre febrero y junio de 1896 fue nombrado jefe del Tercer Cuerpo del Ejército Libertador, en Camagüey. Aquí, su actitud cambió mucho, la «pasividad» se convirtió en la base de sus actuaciones. El general Enrique Loynaz del Castillo -padre de la poetisa Dulce María Loynaz- se refiere a él al relatar los pormenores del combate de Saratoga de 1896 al general Máximo Gómez en los siguientes términos: «. . .Llegó al Cuartel General el jefe del Tercer Cuerpo, mayor general Manuel Suárez, a quien el General en Jefe dirigió los más violentos cargos, recibidos con silenciosa resignación en presencia del Ejército . La tremenda acusación no era infundada; el general Suárez, acampado tranquilamente con 200 hombres bien armados, había oído durante tres días las descargas y cañonazos de la jornada de Saratoga sin acudir a ella, la que con refuerzos tan importantes hubiera culminado en la completa derrota de la columna española. ( . . .) En Camagüey, al frente del Tercer Cuerpo y de la mejor caballería de Cuba, ni dio combates ni realizó nada digno de mención. Su pasividad ante el estruendo de Saratoga le valió la más humillante de las deposiciones ( . . .)» . Otro ejemplo fue el del brigadier Jacinto Hernández, que era natural de Gran Canaria. Fue uno de los sobrevivientes de la guerra que más tiempo vivió en la república. Nacido en 1863, llegó a la isla caribeña a los 12 años de edad, donde le esperaba su padre. Se estableció en San Antonio de las Vegas, en la jurisdicción de La Habana. «Cuando los jefes supremos del Ejército Libertador, Máximo Gómez y Antonio Maceo, invadieron esta comarca, el Generalísimo se entrevistó con Hernández, que era el alcalde. Ambos acordaron que el canario se alzaría en armas», explica Bohemia. El 10 de febrero de 1896 cumplió con su palabra y se presentó en la manigua al frente de 400 hombres. Al concluir la campaña, Máximo Gómez lo ascendió a general de brigada. En periodo de paz fue el primer alcalde revolucionario de la villa de Güines. «Concluido su mandato en los primeros años de la república intervenida, frustrada por Estados Unidos, se retiró a su finca para cultivar caña de azúcar». Otros ejemplos que se han rescatado son los de Matías Vega Alemán -nació en La Palma en 1861 y falleció en Santiago de Cuba en 1905-, que llegó a general de división y el de Julián Santana Santana (Tenerife, 1830- Victoria de Las Tunas, 1931), que combatió en el Ejército rebelde como general de brigada
“Mártir antes que general
“José Fernández Mayato alcanzó el rango de coronel en el ejército mambí. No se sabe de que isla era originario, según la revista Bohemia, pero lo que sí que se conoce es queparticipó, antes de alistarse, en la extinción delgran incendio de la ferretería de Isasi, que estaba situada en la esquina de las calles Lamparilla y Mercaderes, en La Habana. El 17 de mayo de 1890 se prendió fuego en este inmueble en el que había una gran cantidad de dinamita almacenada. En este trágico suceso, que es una de las mayores catástrofes que se ha producido en toda la historia de La Habana, perecieron 28 bomberos. Fernández Mayato fue una de las personas que ayudó en la extinción del fuego. Después de 1902 ocupó la jefatura del Cuerpo de bomberos de la capital, y afirma que «ganó prestigio de trabajador honrado y eficiente». Esta publicación afirma que a todos los que intervinieron en el incendio, tanto a los fallecidos como a los supervivientes, la población de la capital cubana les sigue venerando actualmente como mártires del altruismo, «porque eran voluntarios vinculados a aquel suceso por sentimientos de generosidad y servicio público».
Notas:
(1) La información recogida en este documento histórico también ha sido recogida en varias obras publicadas por la Coordinadora Internacional TESORO, incluyendo la obra en varios tomos del escritor cubano canario Roberto Domínguez Lima titulada “Nuestros abuelos canarios”, editada inicialmente por la Asociación por la Defensa del Patrimonio Histórico de Canarias (DEPACA) y de adquisición gratuita (en formato .pdf) en la Red de Información de TESORO.
Información relacionada:
/ Canarios en el Ejército Libertador de Cuba (ELC): General Julián Santana Santana
Verbiclara. Orestes Martí
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