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4 min readJan 27, 2021

Serie José Martí en el 168 aniversario
(II) José Martí y la música.
Elsa Vega Jiménez.

1- Antecedentes.
El tema que nos ocupa no es nuevo en su abordaje. Al menos desde la primera mitad del siglo XX ha sido tratado por prestigiosas figuras de raigambre martiana: intelectuales, poetas, investigadores, músicos y otros se han interesado por desentrañar el profundo conocimiento y el amor de Martí por la música. Sobre el tema hasta existe el libro “Martí y la música”, Editorial del CEM, La Habana, 2009, escrito por Salvador Arias, investigador del Centro de Estudios Martianos.
Alejo Carpentier localizó en la Biblioteca Nacional de Cuba un “Tratado teórico de música”, escrito por Narciso Téllez y Arcos. Las correcciones manuscritas de erratas, frases y trazos revelan un estudio cuidadoso hecho por quien con su firma en una página interior demuestra ser propietario del tratado: José Martí. Haber estudiado teoría musical en la adolescencia no parece suficiente para atreverse a discurrir sobre música popular, guitarra, piano, violín, notas, acordes, ópera. El espectro es demasiado amplio. Falta algún eslabón. Antes de esa fecha Martí había estudiado Teoría musical, y queda demostrado que esos conocimientos los debe al “San Anacleto”.
Uno de los trabajos sobre el tema intenta demostrar que corresponde a su maestro Rafael María Mendive, en la Escuela Municipal de Varones (para niños pobres) y luego poco más de un curso en su colegio privado San Pablo, en el Bachillerato, haber despertado en Martí el gusto por la Ópera. Nos parece un tanto apresurado suscribir la afirmación sobre esa influencia.
2- Estudios de música en el colegio “San Anacleto”.
En este ensayo se presenta una nueva hipótesis cotejada con fuentes primarias en prácticamente todos los aspectos. La autora se sentiría feliz si pudiese arrojar luz sobre este asunto acerca del cual tanto se ha escrito, pero todavía guarda secretos para quienes se atreven a hablar sobre él.
La enseñanza elemental la cursó Martí en el prestigioso plantel privado “San Anacleto” cuyo director era Rafael Sixto Casado García de Alayeto En un libro sobre esta etapa prácticamente desconocida en la vida de Martí, publicado por la autora, plantea: “El Director, que quería lo mejor para su querida patria, concibe la formación liberal, lo más moderna e integral posible para sus alumnos y a tal fin incluye también como asignaturas Dibujo natural, Pintura al óleo, Música vocal e instrumental, Gimnástica, Esgrima y Baile.”
Estuvo cinco cursos (1860–1865) en el “San Anacleto”, la música vocal e instrumental formaba parte del currículo, algunos alumnos se destacaban en el dominio interpretativo de las obras de Gaetano Donizetti (1797–1848), Vincenzo Bellini (1801–1835), Giuseppe Verdi (1813–1901), y otros, demostraban sus progresos recreando piezas o variaciones en los actos festivos preparados para concluir el curso. Verdi estaba considerado el más nacionalista de todos los músicos italianos. La ópera “Nabucco” canta la historia del exilio hebreo, la nostalgia por la patria perdida. “¡Oh, mi patria tan bella y perdida! Se convirtió en un himno para reforzar los sentimientos independentistas de los patriotas italianos.
3- Crítica musical en Martí.
Puede afirmarse que a los veintidós años comenzó a hacer acertada crítica musical en la prensa mejicana, en esta oportunidad fueron tres artículos sobre el violinista cubano, mulato matancero, una de las glorias de la música conocido internacionalmente, José White. Luego la continuó, durante lustros, en la prensa estadounidense.
Disfrutó conciertos de cubanos y de extranjeros. De su pluma brotaron comentarios, con amor patrio, sobre la obra de Emilio Agramonte, Rafael Díaz de Albertini, Ignacio Cervantes. En sus años de madurez, en Patria, escribe sobre la pianista boricua Ana Otero.
Como había aprendido en la infancia y la juventud, disfrutaba escuchando piezas de los clásicos de la música universal: el “imponente” Haendel, el “arrebatado” Bach, el “místico” Beethoven, Debussy, Mozart, o los románticos Berlioz, Wagner y Chopin.
Véanse algunas líneas extraídas de sus críticas musicales desde 1875:
- …voz y piano han de ir juntos, como la luz y la sombra: la música ha de crear, como en Haendel, ha de gemir, como en Verdi, ha de pintar como en Mendelssohn. ( t. 5, p. 308)
- Cuanto quepa de alabanza, White lo merece. Cuanto de arte quepa, White lo tiene. Cuanto de ardiente inspiración viva en un hombre, vive en aquellas cuerdas cautivadoras y suaves, ya enérgicas como la ira, ya tenues como la música de amor. Suspiros agitados: ¡Cuántas veces son esto las notas dulcísimas de White! (Idem, t.5, p.295)
Los conceptos que aparecen en la crítica musical martiana conforman un cuerpo propio de un conocedor de la teoría de la música.
4- Martí en la música.
No escribió partituras musicales, pero como modernista y conocedor de Verlaine, que al referirse a la principal exigencia de la poesía dijo que debe tener: “de la musique avant tout”, dotó a su producción poemática de tal musicalidad que cerca de cincuenta textos suyos sobre variadas temáticas han sido musicalizados por Pete Seeger, Ernesto Lecuona, Harold Gramatges, Sara González, Amaury Pérez, Pablo Milanés, Miguel Porcel, Leo Brower, Teresita Fernández, Joseíto Fernández, Carlos Gómez, Silvio Rodríguez, Polo Montañés, José María Vitier y otros. Sus versos sencillos son patrimonio de la humanidad y se escuchan en el orbe.

NB. Las citas han sido tomadas de Martí, José. Obras Completas. Editorial Nacional de Cuba. 1963–1973. Y solo se reflejan con número del tomo y la página.

Serie José Martí en el 168 aniversario
(II) José Martí y la música.
Elsa Vega Jiménez.

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Publicado anteriormente en la Serie José Martí en el 168 aniversario
(I)
“El hombre escapado de sí mismo”
Por Orestes Martí

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