XXXII Guerra y paz. Se agudizan las contradicciones entre los polos. El nuevo y cambiante escenario Latinoamericano (II) ¿Con OEA o sin OEA?
Por Orestes Martí y Fernando Alemán.
No hay que ser un genio para saber todo lo que hace falta saber sobre ese “Ministerio de colonias” llamado Organización de Estados Americanos (O.E.A.). No obstante proponemos a nuestros amables lectores un breve “repaso enciclopédico” sobre la actualmente muy desprestigiada “organización”, según la describe la Enciclopedia colaborativa ECURED:
“La Organización de Estados Americanos (OEA) fue creada en 1948 cuando se subscribió, en Bogotá (Colombia), la Carta de la OEA que entró en vigencia en diciembre de 1951, con el objetivo de lograr en sus Estados miembros, como lo estipula el Artículo 1 de la Carta, un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia.
“La declaración de la organización dice que trabaja para fortalecer la paz y seguridad, consolidar la democracia, promover los derechos humanos, apoyar el desarrollo social y económico y promover el desarrollo sostenible en América. Aunque devino un espacio para la dominación estadounidense en el continente.
“Los idiomas oficiales de la organización son el castellano, el portugués, el inglés y el francés. Sus siglas en castellano son OEA y en inglés OAS (Organization of American States). La OEA tiene su sede en Washington DC, Estados Unidos de América. La OEA, es el organismo regional más antiguo y extenso del mundo pero ha ido perdiendo terreno en América frente a propuestas como la UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas), el ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños)”…..
No vamos a referirnos a la “Historia” de la organización, pues los interesados podrán consultarla “in extenso” en el enlace que hemos colocado al sitio de la enciclopedia ECURED y otro a Wikipedia; sí lo vamos a hacer a lo que el propio sitio denomina “Expediente sangriento”, citamos:
“En 1954 Guatemala fue invadida por tropas mercenarias organizadas por la CIA, que derrocaron al gobierno de Jacobo Arbenz. La OEA se había prestado antes para aprobar una resolución que introducía la variante de intervención colectiva regional, en expresa violación de su propia Carta y la de la ONU. Ante el hecho consumado, el organismo se limitó a “dejar hacer” a Estados Unidos y dilató el examen de la situación, ignorando los intereses del país agredido.
“La actuación respecto a Cuba a partir del triunfo de la Revolución, el apoyo a la invasión de Playa Girón en 1961, las acciones que desplegó en el orden político-diplomático para aislarnos, que concluyeron con la expulsión de Cuba en enero de 1962 y la ruptura de relaciones diplomáticas de los países de la región con la Mayor de las Antillas, significaron un nivel de ensañamiento tal, que puso más en entredicho a la organización.
“En abril de 1965 desembarcaron los marines yankis en Santo Domingo para impedir la inminente victoria del movimiento popular constitucionalista sobre las fuerzas de la reacción militarista. La OEA envió a la capital dominicana a su Secretario General, el uruguayo José A. Mora, con el aparente propósito de obtener una tregua entre los beligerantes, mientras el Órgano de Consulta dilataba una decisión para facilitar que las fuerzas militares yankis tomaran el control de la situación. Luego de múltiples gestiones, Estados Unidos logró por el estrecho margen de un voto la aprobación de una resolución que dispuso la creación de una Fuerza Interamericana de Paz, produciéndose, por primera vez bajo el sello de la OEA, una intervención colectiva en un país del área.
“La OEA, que tenía entre sus postulados básicos el principio de no intervención de ningún Estado en los asuntos internos de otros, continuaba en crisis de credibilidad.
“El 2 de abril de 1982, el ataque argentino para recuperar las islas Malvinas ―en manos del Imperio británico desde 1833― dio inicio a la Guerra de las Malvinas. Ante la primera agresión de una potencia extracontinental a un país del sistema interamericano, el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) obligaba a convocar la solidaridad continental con el agredido. Sin embargo, Estados Unidos apoyó política y militarmente a Gran Bretaña e impuso sanciones económicas contra Argentina. La OEA demoró su reacción, adoptó una tibia resolución llamando al cese del conflicto, y solo un mes más tarde condenó el ataque armado e instó a los Estados Unidos a que levantara de inmediato las medidas aplicadas contra Argentina. Chile, en la época de Pinochet, apoyó a Gran Bretaña.
“En octubre de 1983, un golpe militar derrocó al primer ministro granadino, Maurice Bishop, quien murió asesinado a manos de los golpistas. A Granada también EE.UU. envió una fuerza invasora de 1900 infantes de marina que tomaron el control de la isla. El principio de no intervención volvía a carecer de validez. En la OEA, la mayoría aprobó esa acción como “medida preventiva”, mientras otros la rechazaron. Finalmente se condenó la invasión por catalogarla como violatoria de la Carta de Bogotá”…..
Hasta aquí lo que menciona la Enciclopedia, la que obviamente no se encuentra actualizada, pues no menciona los últimos y vergonzosos episodios protagonizados por esta gris institución, entre los que se destaca el papel jugado por la misma -principalmente por su Secretario General- en el Golpe de Estado que derrocó al Presidente de Bolivia Evo Morales Ayma.
Ha sido en el contexto de la conmemoración del 238 Aniversario del Nacimiento del humanista, libertador y reformador social, Simón Bolívar que el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado “a una nueva convivencia entre todos los países de América con cooperación para el desarrollo y defensa de los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Adiós a las imposiciones, a las injerencias, a las sanciones, a las exclusiones y a los bloqueos” y propuso la creación de una nueva organización.
En efecto, casi al concluir su discurso, el mandatario dijo: “…. Es ya inaceptable la política de los últimos dos siglos, caracterizada por invasiones para poner o quitar gobernantes al antojo de la superpotencia; digamos adiós a las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos.
“Apliquemos, en cambio, los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias. Iniciemos en nuestro continente una relación bajo la premisa de George Washington, según la cual, “las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”.
“Estoy consciente que se trata de un asunto complejo que requiere de una nueva visión política y económica: la propuesta es, ni más ni menos, que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestras identidades. En ese espíritu, no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto, en asuntos de derechos humanos y de democracia. Es una gran tarea para buenos diplomáticos y políticos como los que, afortunadamente, existen en todos los países de nuestro continente.
“Lo aquí planteado puede parecer una utopía; sin embargo, debe considerarse que sin el horizonte de los ideales no se llega a ningún lado y que, en consecuencia, vale la pena intentarlo”.
Muchas personas -nosotros incluidos- nos preguntamos lo mismo que ha publicado la Plataforma Russia Today y que hoy compartimos con nuestros amables lectores:
“Ya es momento de una nueva convivencia entre todos los países de América”, declaró Andrés Manuel López Obrador, proponiendo crear un organismo autónomo que no sea “lacayo de nadie”.
Bolivia y Venezuela apoyaron la reciente propuesta del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de sustituir a la Organización de Estados Americanos (OEA) por un organismo independiente.
El pasado sábado, López Obrador propuso “construir algo semejante a la Unión Europea”, pero “apegado” a la historia, la realidad y las identidades de los países de América Latina y el Caribe. “En ese espíritu no debe descartarse la sustitución de la OEA, por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto en asuntos de derechos humanos y de democracia”, señaló el mandatario mexicano durante una ceremonia para conmemorar los 238 años del natalicio de Simón Bolívar.
De acuerdo con el presidente, “ya es momento de una nueva convivencia entre todos los países de América”. “Hay que hacer a un lado la disyuntiva de integrarnos a EE.UU. o de oponernos en forma defensiva, es tiempo de expresar y de explorar otra opción: dialogar con los gobernantes estadounidenses, convencerlos y persuadirlos de que una nueva relación entre los países de América es posible”, subrayó.
La propuesta de López Obrador recibió el apoyo de su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, quien aseveró la semana pasada durante una entrevista con el canal TeleSur que la OEA “está muerta desde hace tiempo”. “La OEA es una organización nefasta, es un demonio y si a un demonio le das una oportunidad chiquita, el demonio se te va encima. […] No se le puede dar ninguna oportunidad”, declaró Maduro, que también llamó a fortalecer a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
En el mismo tono se pronunció el presidente de Bolivia, Luis Arce. “Hacemos eco de las palabras del hermano Andrés Manuel López Obrador en la idea de sustituir a la OEA por otro organismo verdaderamente autónomo, que exprese los equilibrios regionales, respete la autodeterminación de los pueblos y no de cabida a la hegemonía de un solo Estado”, escribió este lunes Arce en su cuenta de Twitter.
No obstante, se escucharon también voces críticas a la propuesta del presidente mexicano. Así, la canciller de Colombia, Marta Lucía Ramírez, se opuso a la idea de sustituir a la OEA y planteó que “la cooperación extrarregional debe incluir relaciones más estrechas con EE.UU. y Canadá”.
Críticas de México hacia la OEA
El Gobierno de México ha sido crítico con la Organización de Estados Americanos, cuya sede se encuentra en Washington (EE.UU.), y, en particular, con su jefe, Luis Almagro.
En junio, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, afirmó que la labor de Almagro al frente de la OEA ha sido “una de las peores gestiones” en “toda la historia” de la organización.
Ebrard criticó que Almagro haya actuado unilateralmente en las disputas regionales, señalando concretamente su papel durante el golpe de Estado en Bolivia, en noviembre de 2019. “Ha actuado de manera reiterada sin consultar a los Estados, actúa como autónomo, asume que no necesita consultarlos. Ha tomado muy dudosas actuaciones como el caso de Bolivia, fue oprobioso, prácticamente facilitaron un golpe”, dijo.
Entre tanto, el analista político y doctor en ciencias políticas por la Universidad Nacional Autónoma de México, Rafael de la Garza Talavera, consideró positiva la propuesta de López Obrador y aseguró que ya se podría trazar un nuevo futuro geopolítico con menos dependencia de EE.UU.
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