Yo soy de donde hay un río (II). Lo que se ha escrito (V). Una carta de hace tres días y la Fundación Ariguanabo
Por Orestes Martí
Publicado con anterioridad:
√ Yo soy de donde hay un Río (I)
√ Yo soy de donde hay un río (II). Lo que se ha escrito (I) Publicado en “El País”
√ Yo soy de donde hay un río (II). Lo que se ha escrito (II) Réquiem por una cueva
√ Yo soy de donde hay un río (II). Lo que se ha escrito (III). Sherlock Holmes visita el Ariguanabo, según Camblor.
√ Yo soy de donde hay un río (II). Lo que se ha escrito (IV). Ariguanabo: historia, Música y Poesía.
JUEVES, 6 DE SEPTIEMBRE DE 2018
Una carta de hace tres días* y la Fundación Ariguanabo
Estimados Amigos del Río: hace ya más de dos años el periódico Granma se hizo eco (un poco a destiempo pues este asunto anda rodando desde los 70´s y hace cuatro años se ha reactivado.., pero bien, nunca es tarde..) de las consecuencias del crecimiento poblacional y económico con los modelos actuales y que el planeta no puede soportar ese ritmo y pudiera ocurrir un colapso, digamos que ecológico.
Ese informe, inducido originalmente por el Club de Roma y expertos del MIT, fue acá muy criticado y considerado alarmista (fue la época del voluntarismo y la fe ciega en un “desarrollo” a la usanza del inicio de la Revolución Industrial y las utopías del siglo XX). Hoy vemos que todo aquello fue una suma catastrófica de errores ambientales y también conceptuales.
Acá, en nuestros predios, se decía por entonces (si es que algo se decía) que no había problemas ambientales serios, mientras nuestros bosques y mejores suelos desaparecían bajo el hacha, la maquinaria de brigadas diversas y locos planes de irrigación. Incluso en la carrera de Biología (mientras internacionalmente se reforzaban los estudios de biología poblacional, base indiscutible de la ecología) recibíamos un curriculum de asignaturas totalmente o casi totalmente relacionadas con la biología organismal, y cero de mencionar a el ambiente.
Personalmente, y después de graduado, he tenido que entrenarme en estas ciencias para poder hacer mis propias investigaciones. Les puedo decir que soy bastante pesimista con esto de los transgénicos, el turismo playero y las excesivas fumigaciones, y toda esa palabrería hueca y sin sentido que nada aporta. No sé ustedes, pero yo no veo la más mínima voluntad política para afrontar seriamente y con racionalidad este problema que ya lo tenemos encima.
En el caso de Cuba, el mayor y más biodiverso archipiélago del Neotrópico, la situación es de extrema urgencia, pues nuestros paisajes están en muchos casos esquilmados por el mal uso. Nuestra fauna es perseguida y cazada ilegalmente y nuestra población está ajena a estos problemas y con un grado de analfabetismo ambiental alarmante.
Hay mucho que hacer. Pienso que en ese proceso de, digamos, adquisición de una conciencia ambiental, se debe comenzar de arriba abajo (en la llamada escala social o de poder), porque no existe.
Por favor, perdonen si los he abrumado con estas cosas, pero es lo que pienso. Me duele mucho todo esto, me duele Cuba y su Naturaleza expoliada e indefensa en muchos casos, y creo que hay que luchar acá y allá contra los tres peores jinetes del apocalipsis ambiental: la pobreza, la ignorancia y la codicia.
Espero podamos en algún momento tener mejores noticias. Saludos cordiales.
Giraldo Alayón.
San Antonio de los Baños
Septiembre 3, 2018,
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*Este informe nos llegó con la siguiente introducción:
Estimados Amigos del Río, ya hace bastante tiempo no nos comunicamos, yo en particular bastante decepcionado por el “silencio” oficial a la carta que enviamos en el mes de Junio sobre nuestras opiniones de la situación de nuestro olvidado Río Ariguanabo. Hoy les adjunto algunas reflexiones mías sobre un serio problema ambiental y me excuso ante ustedes pues quizás puedan ver que mis opiniones son muy duras sobre la situación ambiental en nuestro país. Se está analizando una nueva constitución y el acápite que trata los problemas ambientales, a mi juicio, está demasiado sesgado hacia los peligros del Cambio climático sin mencionar la modificación acelerada de los hábitats, ni las excesivas fumigaciones, ni la caza ilegal o el maltrato a los animales. Amén de mostrar claramente un marcado antropocentrismo, pues sólo menciona a la “especie humana” como la que se debe salvar. Y me pregunto ¿y qué hay de las más de 20 mil especies que comparten este archipiélago con nosotros? Perdonen si peco de excesivo.
Un gran abrazo a todos, Giraldo.
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Mensaje mío, de hoy, a los Amigos del Río:
Queridos Amigos del Río (y míos): por supuesto que estoy muy contento con la aprobación de la Fundación Ariguanabo (o FUNDAR, como dijo Kike, qué buena memoria). Aunque este último correo de Plácido dice algo (“no sé ni cuánto alegrarme”) que me invita a compartirles una especie de sensación que, además de la alegría, también me ronda. Y es que me llena de incógnitas que justo cuando el Ariguanabo parece no tener remedio haya aparecido esta autorización. Las últimas noticias que tenía es que ambas riberas se habían juntado ya en dos puntos, cosa que convertía a nuestro río en tres laguitos. Para revertir eso (sólo eso) haría falta recursos en maquinaria y humanos que sólo el Estado y una muy sólida voluntad de hacerlo resolverían. O sea que si no logramos convencer de la necesidad de acción urgente a “los factores” (cosa que no hemos conseguido en 20 años) el deterioro del Ariguanabo sería irreversible…
Mi conciencia no está tranquila, a pesar de haber sido parte de tantas acciones y gestiones, en estas dos décadas. Aunque “nunca es tarde si la dicha es buena”, no me siento totalmente a gusto con ver llegar una transfusión, ahora que el río está en coma. Pero sálvese lo que se salve, tenga futuro o no la naturaleza que hizo a nuestra Villa, creo que una de las responsabilidades principales que va a tener esta Fundación será la de re-educar a nuestros paisanos en aquel amor a lo nuestro esencial que se nos fue apagando, o que las circunstancias nos hicieron olvidar.
Siempre he admirado mucho el trabajo prácticamente sin recursos, modestísimo, que han venido haciendo Aimé Posada y Giraldo con los niños de San Antonio, haciéndoles excursiones al río y a sus bosques, explicándoles los nombres de las plantas, la fauna, los insectos, el origen de los manantiales y la importancia de amar todo ese sistema que, tanto como nuestros padres, nos ha dado vida. Creo que ese trabajo de consciencia tendría que convertirse en norma de nuestro pueblo, y creo que Radio Ariguanabo, más que ayudar, debería enfocarse por ahí.
Adelante con la Fundación Ariguanabo. Abrazo apretado a los Amigos del Río.
Silvio