Yo soy de donde hay un río (II). Lo que se ha escrito (VI). El río Ariguanabo soluciones y realidades
Por Orestes Martí
Publicado con anterioridad:
√ Yo soy de donde hay un Río (I)
√ Yo soy de donde hay un río (II).
√ Lo que se ha escrito
√ (I) Publicado en “El País”
√ (II) Réquiem por una cueva
√ (III) Sherlock Holmes visita el Ariguanabo, según Camblor.
√ (IV) Ariguanabo: historia, Música y Poesía.
√ (V) Una carta de hace tres días y la Fundación Ariguanabo
Ayer publicamos una carta de fecha 6 de septiembre de 2018, pero con anterioridad ya habían sido publicadas otras informaciones sobre la situación del río; también con posterioridad a aquella se continuó con la “sensibilización de la sociedad nacional y ariguanabense”, incluyendo a “los que toman las decisiones”.
Hoy vamos a compartir una -muy importante- de las publicadas con anterioridad en “Segunda cita”, aunque -como hemos señalado- no fue la única ni mucho menos (sugerimos dos: El río Ariguanabo pide auxilio, por Yudaisis Moreno Benítez, publicada en el año 2014 y la magnífica “descarga” titulada Ogros alcanzados de Rolando Mendez Perera en el año 2015)
MIÉRCOLES, 27 DE JUNIO DE 2018
El río Ariguanabo: soluciones y realidades*
En el concierto 78 “por los barrios” del ariguanabense y trovador Silvio Rodríguez, junto al Grupo Yawar, realizado en el anfiteatro de San Antonio de los Baños el 26 de Diciembre de 2016, leímos el siguiente texto:
Hace aproximadamente un millón de años comenzaron a correr las aguas del Río Ariguanabo. En esa época aún nuestra especie (sapiens) no existía, faltaban casi 750 mil años para establecerse.
Río y bosques, desde aquellas tempranas edades formaban una unidad indisoluble.
Hace 250 años hacheros traídos de México comenzaron a talar aquellos bosques para usar estas tierras en la ganadería y agricultura y utilizar las maderas para construir barcos, casas y hasta palacios.
Nuestros propios desechos fueron contaminando al Río Ariguanabo y ya en nuestra época sus aguas no corren cristalinas y limpias.
Aquella unidad de bosque y Río se ve amenazada y resquebrajada.
Se ha dicho que el Río no tiene dueño, pero hoy estamos en este concierto para expresar, entre otras cosas, que el Río Ariguanabo está en los corazones y en la voluntad de los Ariguanabenses de nacimiento y adopción y de que vamos a luchar por devolverle su limpieza y su salud.
El Río Ariguanabo, de San Antonio de los Baños, el cual es responsable de nuestro gentilicio de ariguanabenses, se encuentra sobre la Cuenca del mismo nombre — declarada priorizada en el país por abastecer a numerosos municipios — , es considerado ecológicamente como un lago pues está presado en ambos extremos y corre superficialmente durante casi 14 kilómetros para luego penetrar bajo tierra, en la misma Villa, en un lugar llamado ¨La Cueva del Sumidero¨. Posee una parte urbana y otra rural y ambas se encuentran en estado crítico por diferentes causas, pero todas provocadas por el impacto negativo del ser humano.
La zona urbana posee en sus aguas numerosos desechos sólidos, así como aguas albañales procedentes de viviendas y centros estatales. Su cauce es muy estrecho por la presencia de hierbas y de restos de concreto, dejados por el huracán Charley en su paso por la localidad. Estos derrumbes que acortan el ancho del río, llevan ahí 14 años sin que se haya hecho lo más mínimo por extraerlos.
La aplicación de la Ley de Protección de las aguas superficiales con las consecuentes multas a la población y a las instituciones estatales que la violen, así como una adecuada Educación Ambiental consciente, practicada de forma constante a todos los grupos etáreos, más la consolidación de una Brigada de limpieza del río que se dedique a chapear las orillas, recoger los desechos sólidos y ensanchar el cauce, podrían ser parte de la solución a nivel urbano, unido todo esto al encausamiento adecuado de los albañales existentes. En estos momentos decimos contar con una brigada de este tipo, pero todos los que vivimos aquí sabemos que el trabajo realizado es sumamente deficiente y peor controlado, por lo cual los resultados positivos no se pueden apreciar. En el Parque de La Alameda está el derrumbe provocado por el ciclón Charley. Ahí se encuentran, en el medio del río, los pedazos de lo que fue parte del muro y bancos del parque. Solucionar esto no implica solamente ideas, esfuerzo y deseos de trabajar, sino también un proyecto civil que debe garantizar la forma de poder introducir, en lo que queda de esa calle, equipos pesados capaces de extraer los escombros. Se pudiera realizar una convocatoria para elegir el mejor y más adecuado proyecto, pues se cuenta con especialistas capaces de realizarlo.
Nos gustaría decir algo que aún llena de orgullo a los ariguanabenses, a los oriundos, a los nacidos en esta villa: desde finales de la década del 40 y toda la del 50 del pasado siglo, varias personas de la villa se agruparon en una suerte de brigada voluntaria, dedicada a limpiar y embellecer las márgenes del río y cortar la vegetación acuática. Estos grupos incluían a personas muy interesadas en la conservación de este hermoso espejo de agua para el goce de todos los habitantes y visitantes, que venían con el objetivo de poder disfrutar de sus aguas. Entre ellos podemos citar a Carlos Muñiz, desde su lancha La Capitana; Juan Sánchez (Clavelito); Alfredo Valdés (El Cabo); el cirujano Jesús Diéguez, así como a los hermanos Posada Medio, uno de los cuales (José Luís) resultó ser un famoso pintor que puso muy alto, a nivel internacional, el nombre de nuestro pueblo y país. No podemos olvidar a Manuel Leal (Tiñosa), que durante muchos años mantuvo la Cueva del Sumidero limpia. Con el paso del tiempo y a finales de la década de los 60, durante todos los 70 y 80, tuvimos otras muchas personas, que contaron con el apoyo de las autoridades municipales del momento, como, Mario Musibay (Macambolo), Roberto Larrinaga, Víctor Arencibia, José A. Bravo (Pepe), Lorenzo Sánchez, Nelson Izquierdo (el Conejo), Fernando Ortega Albízar, Ibio de la Osa, César Castro (el Carpito), Alberto Cortés, Edel Calvo, Ramiro Coro, quienes no sólo limpiaban la zona urbana sino que sacaban, cómo podían, gran parte de la vegetación que yacía en las aguas del río y todo esto tan solo por el placer de poder disfrutar de su navegación y sentir que el río se encontraba en perfecto estado de salud. Estaba también Agustín Castro (el Carpo), quien además se dedicaba calladamente a sembrar plantas en el bosque, y cada mañana, después de darse un chapuzón en el río, a pesar de su avanzada edad, tomaba un saco lleno de semillas y recorría largos tramos con él a cuestas, hasta que lo vaciaba totalmente. Creo que es obligatorio recordarlos a todos, como los últimos que hicieron algo con un gran sentido de pertenencia y amor.
Varias instituciones y lugares constituyeron sitios de esparcimiento y diversión: La Quintica, El Club ¨Amigos del Río¨ (Hueco), el Paso del Soldado, con su piscina, en la que los niños y adolescentes pasaban las vacaciones bañándose, entre risas y juegos, con la confianza de que lo estaban haciendo en un lugar saludable; el Ojo de Agua de Nico, con su puente colgante, cafetería, cueva y una exuberante y bella vegetación natural, eran parte del complejo turístico del que cada año venían a visitar muchas personas de la capital. Cuando estabas en La Habana y decías que eras de SAB, todas las personas mencionaban a La Quintica. Ahora rogamos porque nadie lo haga.
Con relación a la zona rural del río, existen factores de otra índole que provocan su deterioro, así como de las muchas especies que viven ahí o dependen de él. La erosión edáfica, provocada por la tala en las márgenes o por la siembra inadecuada, da lugar a la enorme colmatación que ya se hace evidente en varios tramos, pudiéndose, en ellos, atravesar caminando; los motores que extraen agua para regar, disminuyen su caudal, y la sobreexplotación del manto, mucho más en épocas de sequía; la gran cantidad de vegetación acuática disminuye los niveles adecuados de oxígeno, necesarios para la vida en el río. Esto último, unido a la gran cantidad de materia orgánica vertida, sea sólida o líquida, posibilita la eutrofización, proceso éste bien peligroso hasta para la vida humana, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro suelo es de roca caliza. La introducción de especies exóticas como la Claria, disminuye las poblaciones de especies naturales del lugar.
Solucionar los problemas en el tramo rural no es tan difícil pues ya existe la experiencia. Por ejemplo en los años 80, se introdujeron alevines de Amura, especie que es capaz de comer en un día el doble de su peso en vegetación acuática. Este pez no se reproduce, pues sólo lo hace en aguas mucho más frías que las de nuestro río, por lo cual no existe la posibilidad de una superpoblación y está demostrado que no hay competencia alguna con las especies propias del lugar. La solución al vertimiento de los desechos sólidos, que son muchos, estaría directamente relacionado con lo planteado anteriormente de la educación ambiental y la aplicación de las leyes existentes y vigentes. En cuanto a las aguas albañales, se deben hacer proyectos para desviarlas hacia una laguna de oxidación, tanto si provienen de centros estatales como de viviendas. En las márgenes del río existen lugares estatales, como el Motel ¨Las Yagrumas¨, que a pesar de poseer Laguna de Oxidación no funciona como tal. Esto se pudiera solucionar perfectamente mediante la evaluación por especialistas, con el consiguiente diagnóstico, así como con la reparación y labores de mantenimiento de la misma.
Las personas que poseen tierras que colindan con el río, deben saber que la siembra de al menos 250 metros a cada lado de él, debe hacerse de árboles maderables o frutales que garanticen, con sus raíces, la conservación del suelo, evitando así la erosión y por ende la colmatación de las aguas; además, los surcos de sembradío deben ser siempre paralelos al río, por la misma causa.
El Bosque no existiría sin el río, ni el río sin él, por lo que el cuidado de ambos debe ser el mismo, si queremos mantener saludable nuestro Ecosistema. La tala indiscriminada, la cacería de aves en jaula, la introducción de especies exóticas, la casi inexistencia de guardabosques adecuados, así como la toma ilegal de porciones de tierra por personas que sin previo consentimiento ni conocimiento proyectan viviendas, albañales y pozos de agua potable de forma inadecuada, contamina el manto y hasta posibilita que se contaminen ellos mismos, quizás haciendo beber a sus propios hijos, por puro desconocimiento, aguas insalubres.
El hecho de que se tale, se cace y se establezcan en el bosque personas, recae totalmente en el deficiente trabajo de los guardabosques, que son pocos, deambulan por el pueblo casi todo el día y no poseen condiciones de seguridad para enfrentar a los autores de esos hechos. Si a esto le sumamos el que aparentemente no exista sentido de pertenencia por su parte, pues no son de SAB, o que la información de que disponen no es la mejor sobre nuestra realidad natural, completa su incapacidad para realizar este trabajo con la eficiencia que requiere.
Si tenemos en cuenta que el 28 de Marzo de 1998, la Asamblea Municipal del Poder Popular en su acuerdo # 33 del IX Mandato, acuerda ¨Incorporar la Cuenca del Río Ariguanabo en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, declarando su cauce superficial y áreas comprendidas dentro del territorio como ¨Paisaje Natural Protegido¨, 20 años después podemos darnos cuenta de que nada se ha hecho aún y de que no se ha trabajado en función del río, pues en estos momentos se encuentra mucho peor que lo que estaba entonces. Seguimos esperando por la declaración de Área Protegida, aunque vemos que una declaración meramente burocrática no resuelve el problema, sino poner en práctica todo lo que la medida de protección conlleva. Los acuerdos y las palabras no resuelven nada si no hay interés y acciones concretas de los implicados.
Nuestro país se encuentra inmerso en salvar y proteger las Cuencas de Interés Nacional o Priorizadas, dentro de las cuales se incluye la Cuenca Ariguanabo, por lo que no se concibe lo que ocurre en este municipio. Por otra parte en la Cumbre de Río de Janeiro, en el año 1992, fuimos firmantes de la Agenda 21, comprometiéndonos, como país, a hacer todo lo que estuviera a nuestro alcance para mejorar el medio ambiente del planeta. San Antonio es parte de él, nuestro río también, y debemos, como postula el pensamiento ecologista en todas las investigaciones medioambientales ¨Pensar Globalmente y actuar localmente¨. Queda claro que es éste y no otro nuestro campo de acción y es nuestro deber trabajar en función de lo que tenemos y no debemos perder. Si lo dejamos para mañana quizás sea ya demasiado tarde. Por otra parte Ramón Folch, en su libro ¨Ambiente, Emoción y Ética”, plantea que el ecologismo es oportuno y actual, no oportunista y de moda, por lo que no podemos estar elaborando planes e informes con el sólo objetivo de tener en papeles lo que debe estar hecho.
Al final podemos decir que los problemas del río son muy serios, pero las soluciones son posibles si hay interés, algo de recursos, personal capacitado y dejando de lado las arrogancias de quienes creen poder resolver sin poseer los conocimientos necesarios. Afortunadamente, en el Ariguanabo vive una buena parte del personal adecuado para esta tarea; además contamos con un Atlas Geográfico digital, desde el año 2003, donde nuestra fauna y flora más conspicuas están inventariadas, así como descritos clima, suelo, demografía, geografía y geología del lugar. Todo esto ha sido realizado por especialistas de varias prestigiosas instituciones científicas del CITMA, instrumento científico y de trabajo que funciona en la mayoría de nuestros municipios en el País.
Creemos que lo que ahora ocurre es un total desarraigo de los valores y tradiciones de lo que antes fuera nuestro querido San Antonio de los Baños, nuestra Villa, aquella que se fundó gracias a la presencia de ese río que ahora importa a pocos, pues ya somos pocos los reales ariguanabenses que aún vivimos aquí y que nos sentimos muy mal al comprobar que no interesa a nadie nuestra historia. A pesar de lo cual esperamos transmitir este amor a nuestros descendientes, aunque para ello tengamos que dibujarles el río en un papel. Todos estamos desencantados y no nos sentimos representados en nuestros deseos de ver realizados nuestros sueños.
Entonces la pregunta final es ¿Cuál es la razón para que nos encontremos en esta encrucijada que nunca termina y que no nos lleva nada más que a mirar y a no hacer, a decir que haremos pero sin resultado alguno? Las personas del pueblo tienen la obligación de cuidar, no sólo de criticar, pero las autoridades son las únicas que pueden revertir esta situación. Entonces, comencemos de una vez a hacer lo que debemos, antes de que nuestro querido Río Ariguanabo se convierta en una de esas lagunas de oxidación inoperantes y se lleve con él al bosque, su flora, su fauna y ¿por qué no?, quizás arrastre también al pueblo en una oleada de desechos y desidia.
Giraldo Alayón García, Aimé Posada García y Los Amigos del Río.
San Antonio de los Baños, 5 de Junio de 2018.
El lunes pasado, 25 de junio de 2018, se entregaron copias de este escrito al Secretario del PCC Municipal, a la Presidenta de la Asamblea Municipal, al Jefe del Consejo de Administración y al Delegado de la circunscripción donde vivo. No se pudo entregar a la Jefa de Recursos Hidráulicos del Municipio ni a la delegada del CITMA pues ambas oficinas estaban cerradas. Rolando Méndez envió copia digital al Ministro de Cultura, Abel Prieto.
Giraldo Alayón García
Sobre las publicadas con posterioridad, solo vamos a hacer referencia a una que muestra el grado de deterioro del río Ariguanabo y su entorno; lo vamos a acompañar del consabido “No Comments” (Sin comentarios) para que sean los propios lectores quienes los hagan “de su propia cosecha”: Vea -publicado por quien esto suscribe- “El Imperio del desastre”, publicado el 3 de agosto de 2019.